Un taxista acusado de abusar sexualmente a una pasajera en 2015 en el barrio porteño de Colegiales fue detenido en El Alto, Bolivia, en las últimas horas. Tenía una orden de captura internacional y por él se ofrecía una millonaria recompensa. 

Tito Franklin Escobar Ayllón fue acusado por violar a Manuela Ponz, de 20 años, tras salir de un bar de la zona, el 18 de abril de 2015. 

El taxista fue atrapado este miércoles a las 14.45 en las inmediaciones del Mercado de Ciudad Satélite, en la provincia de Pedro Domingo Murillo, del departamento de La Paz. Del operativo estuvo a cargo el personal del Centro de Investigación Policial de Bolivia.

Tras el hecho, Escobar Ayllón, que trabajaba con un empresario de taxis boliviano, dejó su trabajo y abandonó su domicilio en Sarandí.

La esposa del taxista aseguró que el hombre le había confirmado que había abusado sexualmente de la joven, por lo que se transformó en el principal sospechoso para la Justicia que lo buscó hasta la actualidad. 

En medio de distintos operativos, el taxi del conductor fue encontrado en el barrio porteño de Balvanera poco tiempo después, zona en la que también tenía un domicilio.

De acuerdo a lo que informaron fuentes del caso, en Migraciones no muestra ningún regreso del hombre. El taxista poseía una orden de captura internacional y se ofrecía una recompensa de $5 millones a quien otorgue datos sobre su paradero.

Interviene en la investigación el Juzgado Nº 2 de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Manuel Gorostiaga. La causa fue caratulada como abuso sexual agravado por el acceso carnal.

El taxista atacó a la pasajera cuando estaba dormida

Ponz había salido a tomar algo a una bar de Colegiales llamado Mamita en la noche de ese 18 de abril. Había ido con unas amigas, de las cuales una de ellas salió y no volvió, por lo que comenzó a buscarla. 

"Me senté en el cordón de la vereda a esperar el 140. Frenó al lado mío un taxi de Radio taxi Premium. Bajó el vidrio y me preguntó si estaba bien. Llorando le respondí que no, que no encontraba a mi amiga y que estaba preocupada. Me preguntó si necesitaba que me llevara a algún lado y le contesté que gracias, pero que no tenía plata y que iba a esperar el colectivo”, expresó la víctima en un texto que publicó tiempo atrás. 

Y agregó: “Nunca voy a olvidar sus palabras: 'Mirá que esta zona es picante, subí, que podés ser mi hija'. Ese 'podés ser mi hija', de alguna manera, a mí, que no tuve padre, me tocó alguna fibra. Qué ingenua".

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En su libro "La mala víctima", señaló: "Recuerdo subirme y decir mi dirección. Inmediatamente después recuerdo despertarme con él encima de mí, violándome. Le pedí que parara. Varias veces. Y él me apretaba más y más. Con una mano, los hombros; y con otra, el cuello. Y yo solo podía llorar. Pensé que me iba a matar, así que no me resistí. Solo lloraba en silencio".

"Vestite y bajate", le dijo el taxista. Luego, se dirigió hacia la Policía, donde se desvaneció y fue trasladada al hospital Álvarez.