Una banda de delincuentes que operaba en la provincia de Buenos Aires y tenía conexiones en Tucumán y San Luis en el robo y venta de vehículos y autopartes fue descubierta por la Dirección de Crimen Organizado de la Policía Bonaerense luego de un intenso trabajo de investigación iniciada en noviembre del año pasado.

Se logró detener a 15 miembros de la banda criminal y secuestrar ocho vehículos y más de 900 autopartes.

Los arrestos y la incautación de rodados y piezas ocurrieron en 31 allanamientos realizados en las últimas semanas en las localidades bonaerenses de San Francisco Solano, Claypole, Florencio Varela, Monte Chingolo, Sarandí, Quilmes Oeste, Bernal Oeste, Lomas de Zamora, Temperley y Monte Grande, en el barrio porteño de Pompeya, en la ciudad de San Miguel de Tucumán, en Tafí Viejo y otro en el partido de Chacabuco de la provincia de San Luis.

Fue la fiscal Ximena Santoro, de la UFIJ N° 7 de Quilmes, quien advirtió la comercialización de un vehículo adulterado y, en consecuencia, a partir del análisis de otra causa, por lo que solicitó la intervención de la Superintendencia de Delitos Complejos y Crimen Organizado para que investigara la posible existencia de una asociación con fines ilícitos relacionados al rubro automotor.

Cómo operaba la banda

Se pudo determinar que la banda iniciaba los robos de vehículos y autopartes ocurrían en La Plata y otros partidos vecinos, como Florencio Varela, Quilmes o Avellaneda.

Algunos de los delincuentes se ocupaban únicamente de salir a la calle a robar, otros del desguace de rodados. También estaban quienes se encargaban de suprimir y regrabar numeraciones de motor y chasis, acondicionándolos para la venta. En la punta de la cadena delictiva se encontraban los gestores de documentación falsa y los vendedores de vehículos y autopartes.

También se pudo constatar conexiones con otras provincias: Uno de los cabecillas de la banda vive en la localidad de Villa Larca, en San Luis, y viajaba con frecuencia a Buenos Aires. Por otro lado, un vecino de la localidad de Las Talitas, en Tucumán, recibía vehículos a través de la empresa de logística de Pompeya, para venderlos en esa provincia.
Durante más de 9 meses de trabajo se intervinieron 20 líneas telefónicas y analizaron y transcribieron 43.008 horas de escuchas, entre otras tareas claves para determinar el modo en que operaba la banda, identificar cómplices y los roles que cumplía cada uno de sus miembros.

Los quince detenidos quedaron a disposición de la Justicia en el marco de una causa caratulada como asociación ilícita en concurso real con hurto calificado de vehículo, con robo simple en concurso real con el delito de encubrimiento agravado por el ánimo de lucro.

Fuentes de la investigación precisaron que, por medio de tareas de vigilancia, seguimientos, toma de fotografías y relevamientos de cámaras, se pudo determinar la existencia de esta asociación, “la cual actuaba como una verdadera ‘empresa’ delictual, comprendiendo todos los eslabones de la cadena que van desde el robo de vehículos, hasta la comercialización de los rodados, con sus numeraciones y documentación adulteradas o bien, el desguace de los mismos, para efectuar la venta de repuestos y autopartes”.

Así fue el operativo en el que cayó la banda


Con las direcciones certificadas de los sospechosos, el Juzgado de Garantías N° 1 de Quilmes autorizó los allanamientos. En los operativos se secuestraron once autos, cuatro camionetas, una moto y un cuatriciclo. Todos los vehículos carecían de documentación correspondiente o tenían la numeración de chasis, cristales o motor adulterado. También 917 autopartes y varias chapas de patentes de diferentes vehículos con pedidos de secuestro por delitos hurto o robo en el conurbano bonaerense.

Asimimso, se incautaron celulares, computadoras, dispositivos de almacenamiento digital, $286.000, equipos de Handys -del tipo inhibidores de señal de automóviles-, cuños metálicos para grabado de numeración de motor y chasis, distintas herramientas utilizadas para el corte y desguace de vehículos, y ocho armas de fuego, entre ellas una carabina calibre 22, que tenía pedido de secuestro activo solicitado en noviembre de 2018 por la Justicia de La Plata en el marco de una causa por robo.