Estamos acostumbrados a confundir amor con dependencia emocional y no es lo mismo. Desear estar con otra persona no implica depender de su amor y su cuidado para sentirnos plenos. O no debería ser así, pero nos sucede con frecuencia en distintos tipos de vínculos, sobre todo en relaciones de pareja, con los hijos u otros familiares y hasta con amigos, y al mismo, no somos conscientes de este padecimiento.

La necesidad de afecto es una condición básica para el buen desarrollo psíquico y emocional de cualquier persona, pero cuando esa necesidad de sentirse amado y necesitado despliega conductas desproporcionadas o patológicas hacia otra persona, ya no se trata de afecto vital sino de dependencia emocional.

NA dialogó con Vanesa Elías, psicóloga con Perspectiva de Género, para conocer los síntomas de la dependencia emocional y de qué manera evitar. Además, preguntamos: ¿Se supera?

Dependencia emocional: qué es, cuáles son los síntomas más comunes y cómo abordarla

Qué es la dependencia emocional y qué provoca

La dependencia emocional presupone establecer una relación que nos hace sentir dependientes de otra persona entregándole un poder a ese vínculo capaz de mantener o derrumbar nuestra propia estabilidad emocional”, introduce Elías y lo detalla así: Responde a la lógica de la adicción generando una profunda angustia en las personas que la padecen, ya que al querer alejarse de ese vínculo tóxico al reconocerlo no pueden hacerlo sin ayuda. Por eso, es común sentir una amenaza de muerte ante la posibilidad de distanciarnos o perder el amor de esa persona ya que se siente realmente que nada tiene sentido”.

“Como en una adicción, desear salir de eso que nos provoca dependencia resulta amenazante porque hay algo de ese vínculo que calma algo más primitivo y profundo que es el miedo a ser abandonado”. agrega.

Las personas dependientes suelen responder a un patrón persistente de necesidades emocionales insatisfechas que intentan cubrir de una forma desmedida con necesidades afectivas extremas hacia otra persona.

Como dice Jorge Castelló Blasco, psicólogo y psicoterapeuta español y autor del libro Dependencia emocional, las personas con esta patología “son muy susceptibles de establecer relaciones de pareja patológicas y gravemente desequilibradas, asumiendo en ellas un rol subordinado. Estas personas, asimismo, consideran a su pareja como el centro de su existencia, la idealizan, se someten a ella y serían capaces prácticamente de cualquier cosa para no romper la relación”.

“De hecho, la dependencia emocional está en la base del comportamiento de un grupo de personas víctimas de violencia doméstica, que manifiestan seguir enamoradas de sus parejas por graves que sean los malos tratos, vejaciones, desprecios, etc. que hayan recibido de su parte”, agrega el psicólogo español.

Principales síntomas

Para reconocer si estamos viviendo una relación de dependencia emocional, estas son algunas alertas comunes:

  • Ansiedad con ataques de pánico
  • Dificultad para conciliar el sueño
  • Angustia o miedo exagerado a la separación. Las frases comunes que se repiten: “si me deja, me muero”, “no puedo vivir sin él”, “ahora que es mío, ya no se me escapa”. La persona dependiente no se imagina que la relación pueda terminar, esa posibilidad ni se la plantea.
  • Obsesión por alguien. Deseo e impulso irrefrenable por el acceso constante a la persona de la que se depende: Existe una necesidad y fijación excesiva por tener contacto continuo a través de llamadas, mensajes. La persona dependiente muestra un amor desmedido, busca complacer continuamente a la pareja y muchas veces con regalos exagerados.
  • Idealización. La persona dependiente idealiza a su pareja de tal manera que no es capaz de ver nada negativo en él o en ella; se venera a la pareja como si de un Dios o de un ser superior se tratara. En este punto, la persona dependiente sobrevalorará las cualidades de su pareja e infravalorará las propias.
  • Dependencia económica y doméstica. Las personas dependientes suelen serlo también a otros niveles, como el económico o en las obligaciones domésticas.

“Entre los síntomas que suelen aparecer, existe una angustia constante que se traduce en la idea amenazante de pérdida. Básicamente lo que subyace es el miedo al abandono: Se establece una relación muy primitiva con el sentimiento de ser abandonado, y de alguna forma es temor a revivir el abandono es tan fuerte que lo actualizamos de manera inconsciente en un nuevo vínculo generando una dependencia emocional”, explica Elías.

Dependencia emocional: qué es, cuáles son los síntomas más comunes y cómo abordarla

¿De qué manera se trata?

Reparar el vínculo con nuestro propio ser es primordial: Habitamos un mundo donde no tenemos educación emocional y donde casi siempre se nos enseña a vincularnos con nuestro propio ser desde un lugar muy violento. Es un lugar de exigencia donde se refuerza el castigo y donde cuesta mucho validarnos, acompañarnos con amor y reconocer nuestros logros”.

En este sentido, Elías explica que hay muchos términos que fueron malentendidos socialmente y que operan negativamente en nosotros, por ejemplo, asociar el hecho de reconocer nuestros logros a convertirnos en personas egoístas o soberbias.

La manera de no establecer dependencia emocional con otra persona es a partir de tener una buena relación con mi propio mundo emocional. Al poder reconocer que yo nunca me voy abandonar empezamos a dejar de sentirnos solos o solas en el mundo y necesitar de la existencia de esa otra persona como una garantía de seguridad”.

- En la percepción general, parecería que la dependencia emocional ocurre con más frecuencia en mujeres que en hombres, ¿esto es así?

- Existe una idea popular que tiene que ver con la historia colectiva y ancestral de las mujeres y en este contexto, sí tiene mucho sentido esta percepción ya que hasta hace poco más de un siglo las mujeres no teníamos derechos civiles, no podíamos ser herederas ni contar con garantías constitucionales si no respondía un varón por nosotras, ya sea un marido o un padre.

Entonces, claro, se estableció una dependencia emocional que además tuvo bases en lo real y no sólo en lo simbólico: Si soy mujer tengo que depender de otra persona, en este caso de un hombre, para existir, por lo tanto, la amenaza de abandono en esos casos era mucho mayor. En las últimas décadas esto cambio acompañado de los lugares que empezamos a ocupar las mujeres. Al día de hoy la dependencia emocional se da tanto en hombres y mujeres a la par. En el caso de los varones, es muy común observar que la dependencia emocional se establece con la madre.

3 causas comunes

  • Miedo a la soledad. Las personas dependientes son personas que no saben, no quieren y no conciben vivir solas. Necesitan estar acompañados en todo momento sin importarles la calidad de la compañía elegida y por consiguiente la calidad de esa relación. Por eso suelen iniciar una relación sexoafectiva enseguida de terminar con otra, para evitar estar solos.
  • Baja autoestima. Este es el factor fundamental y el más habitual que se observa como causante en las personas dependientes. Este tipo de persona se desvaloriza sistemáticamente, son muy críticos consigo mismos y con su forma de ser, hasta el punto de sentirse inferiores y culpables. De esta manera aparece un sentimiento de inferioridad e inutilidad perjudicial para ellos y para la relación.
  • Estado de ánimo negativo. Es habitual encontrar comorbilidad de la dependencia emocional con cuadros de ansiedad y/o depresión.