Un hecho sin precedentes tuvo lugar en Catamarca luego de que una mujer denunciara en sus redes sociales que sufrió acoso callejero. Ante la divulgación la empresa en la que trabajaban los acusados se hizo responsable, desvinculó a los hombres y la joven festejó esta sanción: “Quizás esto que me pasó a mí y la consecuencia que tuvo haga que más mujeres se animen a denunciar”.

La empresa de suministro Aguas de Catamarca constató que la denuncia era verdadera ya que la mujer se acordaba de las calles en las que sucedió el acoso y tras esa información pudieron dar cuenta que dicha camioneta se encontraba en ese lugar ya que todas poseen GPS.

Todo sucedió el miércoles a las 8 de la mañana cuando Paula Gutiérrez se dirigía a su trabajo en las calles Juan Quiroga y Mamerto. Allí pudo notar que una camioneta de Aguas de Catamarca empezó a disminuir la velocidad y mientras eso sucedía desde adentro del auto los trabajadores le gritaron obscenidades y le tiraron besos.

Luego del hecho repudiable la joven decidió comentarlo en Twitter para que no les pase a otras mujeres: “Como mujer ya estás acostumbrada y sabes que no tenés que mirar y miras para abajo y pensas ‘que pase rápido, que pase rápido’”, señaló Paula.

A la salida del trabajo Paula notó que el tweet había tenido gran repercusión y que muchas personas empezaron a arrobar a la empresa para que sepa de lo que había sucedido con trabajadores de su compañía. Pese a la gran difusión la empresa no se hizo eco de la noticia hasta que la joven les habló en su cuenta de Instagram.

En ese mensaje Paula manifiesta que les recomendó “que charlaran con sus empleados porque no está bueno lo que hacen” y al día siguiente, cuando se levantó, vio que le habían respondido. “Me pidieron que les indique el horario y las calles donde había pasado para confirmar si efectivamente era una camioneta de Aguas de Catamarca”.

La manera en que la empresa podía constatar del hecho es saber si la camioneta había pasado a esa hora por las mismas calles que Paula les indicó. Tiempo después el presidente de la empresa la llamó personalmente y ante todo le pidió disculpas y le informó que todos los empleados que se encontraban en el vehículo habían sido desafectados.

Ante la noticia primero la joven se sintió incómoda ya que eran dos familias que se quedarían sin empleo, a lo que el presidente le respondió que también había otras personas que buscaban este trabajo y que no eran “malintencionadas” con las mujeres. A su ves el hombre sostuvo que este accionar no tiene precedentes y que esto permitirá que nadie más de la compañía tenga ganas de actuar de esa manera desafortunada