La enfermera Gisela Dahiana Madrid, quien estaba con Diego Maradona el 25 de noviembre pasado cuando murió en el barrio San Andrés de Tigre, declarará mañana como imputada por homicidio. Es la enfermera que estaba en esa casa cuando Maradona murió por circunstancias que se investiga.

Por ahora, la causa tiene siete imputados, incluida Madrid, por el delito de "homicidio simple con dolo eventual", que tiene una pena de hasta 25 años de prisión. Madrid declaró en su momento como testigo y dijo haber visto a Maradona esa mañana del 25, aunque luego aclaró que en realidad le pareció haber escuchado ruidos desde su habitación donde aquel dormía, puesto que ella tenía prohibido el contacto directo porque el Diez rechazaba su atención.

La enfermera había planteado interrogantes sobre la atención de los médicos tratantes, la psiquiatra Agustina Cosachov y Leopoldo Luque, ambos también imputados y citados para los próximos días por la misma acusación. El otro enfermero, Ricardo Almirón, declaró este lunes complicando a otros médicos al asegurar que él había dado alertas sobre la salud de Maradona antes de su muerte.

En ese sentido, Almirón dijo que había dado aviso tanto a su jefe directo de la empresa Medidom, Mariano Perroni, y a Nancy Forlini, de la prepaga Swiss Médical, y que ninguno de los dos dieron respuesta en torno al asunto. También afirmó que había advertido que la internación domiciliaria era deficiente por no contar con elementos frente a situaciones de emergencia.

Incluso señaló que dos días antes de tomar el servicio, Perroni no le brindó la historia clínica y sólo le manifestó que Maradona era un paciente psiquiátrico sin mucho más detalle. Sobre ese aspecto, declaró que nadie le informó que era un paciente con antecedentes cardiológicos. También aseveró que había dado los avisos a la psiquiatra Cosachov y que él creía que la medicación que esta daba conducía al ex astro del fútbol a la taquicardia a Maradona.