"Cuando escuché la condena me salió llorar, fue como salir campeón", dijo el hijo del kiosquero asesinado en Ramos Mejía
Nicolás Sabo agradeció al periodismo por la difusión del caso que terminó con la condena a perpetua de Leandro Suárez.
Nicolás Sabo, hijo del kiosquero Roberto Sabo, asesinado el 7 de noviembre del año pasado durante un robo en su local de Ramos Mejía, reveló hoy que cuando escuchó que condenaban a prisión perpetua a Leandro Daniel Suárez le "salió llorar" y graficó que "fue como salir campeón".
El joven consideró que al haber salido el caso en los medios periodísticos "ayudó a que se acelerara la condena".
"En nuestro caso tuvimos que esperar nueve meses, en los que sufrimos mucho, pero hay familias que hace años que están buscando justicia", relató Nicolás en declaraciones al programa El Exprimidor, que conduce Ari Paluch por Radio AM 550.
Agregó que su papá "era muy querido en el barrio y mucha gente se solidarizó", al tiempo que remarcó que "el haber salido en los medios, ayudó a que sea acelerara la condena".
Respecto al juicio en el que condenaron al homicida de 30 años, reveló: "Intenté que Suárez me fuera indiferente, no le dirigí ni la mirada".
"Cuando escuché la condena me salió llorar, fue como salir campeón", graficó el joven en relación a la sentencia de prisión perpetua.
Asimismo, lamentó que no se hayan tomado medidas para evitar la muerte de su papá, ya que precisó que "en redes sociales y desde la cárcel, Suárez ya estaba avisando que iba a salir con ´sed de sangre´".
Además, indicó que "todos los días viene gente al kiosco" a darles "fuerza" y lamentó que más allá que en los alrededores del kiosco "hay más policías", no ocurre lo mismo en todo Ramos Mejía.
"En nuestra cuadra hay más policías, pero en Ramos Mejía sigue todo igual o peor. Tuvimos una reunión en su momento con el intendente de La Matanza (Fernando Espinoza) y se agradece el gesto, pero habría que cambiar algunas cosas", evaluó.
Por último, aseguró que la familia continúa con el comercio que atendía Roberto Sabo: "El kiosco nos sigue dando de comer".