“Sin salud no hay paz”, rememoró Carlos Regazzoni al cierre de su intervención, recordando la cita de la Antigua Grecia que fue adoptada por la Constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la salud de todos los pueblos es una condición fundamental para lograr la paz y la seguridad y depende de la más amplia cooperación de las personas y de los Estados”.

Más allá del análisis de las cuestiones sanitarias y las últimas precisiones de la llegada de distintas vacunas para el continente americano a través del mecanismo de cooperación Covax que explicó el representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Enrique Pérez, y la directora de la Fundación Mundo Sano, Ana Pereiro, el debate más interesante tomo cuerpo a la hora de pensar el mundo pos pandemia y los efectos que producirán en el futuro la desigual distribución de vacunas entre los países más desarrollados, los que están en vías de serlo y aquellos que subsisten en la pobreza.

Coronavirus: la advertencia de los expertos de Argentina y de Rusia sobre la falta de vacunas

El panorama ofrecido no es alentador. Una paz lejana. Infecciones que no cesarán de producirse por las constantes mutaciones, desconfianza y mayor resentimiento en las relaciones entre naciones, y una desigualdad mayor que puede provocar graves alteraciones sociales, son algunas de las posibles consecuencias de no avanzar con una justa y humanista gobernanza mundial.

En este seminario de “Vacunas como bien público global: multilateralismo, cooperación  e integración regional” organizado  por el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y el centro de estudios ruso Valdai Discussion y con la participación de la Fundación Mundo Salud, que trabaja junto al grupo farmacéutico Insud encargado de la fabricación, en nuestro país, del principio activo de la vacuna de Oxford y AstraZeneca, ganó en relevancia por las graves advertencias que dejaron los participantes si no se implementan, de manera urgente, una mayor cooperación entre los países.

Que el arte de curar no se transforme  en un elemento de poder

Una vez más fue el director del comité de salud global y seguridad humana del CARI, Carlos Regazzoni, quien denunció de manera más enfática las inequidades que se están produciendo en el reparto de vacunas. “La ciencia está cayendo en un nacionalismo destructor que provoca serios problemas con la campaña de vacunación. Tenemos choques de tres mundos el de la salud, los intereses económicos y los de la política”.

Graficó esta encrucijada con el precio de las vacunas.  “El precio de la vacuna disponible no es un  tema menor. El mundo tiene que administrar catorce mil millones de dosis, para que el Covid-19 se convierta en un problema de salud controlado. El precio promedio es de 15 dólares. Van desde los 3 a los 60 dólares. ¿Que explica esta disparidad de precios? es algo que los gobiernos se deberán plantear.”.

Los conceptos de Victor Jeifets, director del estudio Iberoamericano de la Universidad de San Petersburgo, fueron en la misma dirección.

“La humanidad tendrá chances de superar esta crisis si existe cooperación”, y agregó; “el covid reveló los mismos problemas graves que en el pasado. Los países más ricos son los que  tienen más posibilidades de salvar a su población. Tuvimos una muestra hace una año cuando comenzó la pandemia con los respiradores artificiales y la provisión de insumos médicos y vuelve a suceder con las vacunas”.

En su exposición se permitió citar a Karl Marx cuando sostuvo que el filósofo solía decir: “no hay delito en el mundo que no cometa el capitalismo por el interés del 3% de la población. Esta frase, cambiando algunas de sus premisas, podría reescribirse de la siguiente manera, no hay  delito que no cometiera la humanidad cuando está sometida al pánico. Porque no es susto ni miedo sino que existe pánico por no tener protocolos, algoritmos, predicciones que nos  permitan resistir este flagelo”, y cerró su exposición denunciando y advirtiendo “los países con alto poder adquisitivo se sentaron a salvar su propia población pero un país con su población vacunada no se va a salvar y, esto sucederá, porque otras naciones no estarán vacunadas. ¿Qué va a ocurrir con la población vacunada cuando en los países donde no existen vacunas surjan nuevas cepas? Lamentablemente la guerra fría nunca terminó”, afirmó.

Andrey Bystritskiy, Presidente de la Fundación Valdai, coincidió con el Presidente del CARI, José Octavio Bordón, en “la debilidad que están atravesando los institutos públicos para generar políticas equitativas” y señaló que “en la esfera cultural vivimos en un mundo de ciencia avanzada que no puede encontrar el buen camino para resolver las  situaciones de crisis. No sabemos ponernos de acuerdo y es una gran amenaza. Todos debemos hallar un nuevo consenso  y globalidad. La vacunación debe ser global. Global es la palabra clave”.

En ese sentido, Carlos Regazzoni afirmó que hay que mirar la distribución de las vacunas: “la distribución es un problema y, también lo es, como lograr más vacunas. Por cada mil millones de dosis adicionales el mundo entero va a ahorrar el PBI de Brasil en su totalidad. Porque la alternativa de la vacuna es la cuarentena y la caída de las economías nacionales”.

Sin embargo, Oleg Barabanov, director de los programas de Valdai Discussion, dejo un argumento polémico. “La vacuna no reemplaza al confinamiento”.

Si bien explicó que tiene fe en la herramienta de profilaxis para salir de la crisis y, además aseguró haber sido uno de los voluntarios de la Sputnik V durante su fase de ensayos, enseñó estadísticas que demuestran que en la actualidad  “el valor agregado de la vacuna comparado con la cuarentena no es considerable”.

De hecho, en nuestra región se observa la paradoja del caso chileno. Por un lado, su población posee uno de las campañas de vacunación más importante que se encuentra a la altura de los países desarrollados de Occidente pero, por el otro, contabiliza un pico de contagios que se produce al mismo tiempo y en el mismo lugar.

Coronavirus: la advertencia de los expertos de Argentina y de Rusia sobre la falta de vacunas

Este fenómeno viral fue analizado por Oleg Barabanov al citar otros ejemplos. “las primeras estadísticas que muestran la eficacia de la vacuna comparada con la cuarentena muestran dos líderes globales en términos de porcentajes. Israel y Emiratos Árabes Unidos (EAU). Mientras que en Israel la inoculación fue muy efectiva, se pasó de 11.000 casos diarios a 2000 contagios por día. La vacuna ayudó. Sin embargo, en los EAU tenían 3000 por día y continúan con la misma cifra, no demuestran una disminución drástica de casos a pesar de la política de vacunación. Este ejemplo enseña que al tener casi la mitad de la población vacunada el número de casos no disminuye”.

Además argumentó : “los científicos israelíes compararon los casos de contagio en el Reino Unido (UK) donde la vacunación es exitosa, con una tercera parte de la población vacunada, frente a Sudáfrica, donde la vacunación casi no existe. En UK tuvieron una nueva cepa y en Sudáfrica también hubo una versión nueva de Covid-19. Ahora bien, la conclusión de los tres casos estudiados es que al disminuir los contagios se produjeron de forma sincronizada. En Sudáfrica tienen mil casos por día, al igual que en Israel y, en promedio, ocurre lo mismo con Gran Bretaña. En los tres países la disminución porcentual de casos es igual. Es sincronizada. En dos países con una política de vacunación muy activa y en otro país donde casi no existen las vacunas. Es decir, que el valor agregado de la vacuna comparado con la cuarentena, no es considerable”.

Sin dejar de ponderar la importancia de las vacunas, Barabanov afirmó, “la vacuna sin el comportamiento humano adecuado, sin la preparación de la sociedad ni las previsiones de la cuarentena, en sí misma , no parece funcionar. La vacuna es una gran herramienta pero no reemplaza al confinamiento”, afirmó el experto ruso.

En esa cuestión coincidió Enrique Pérez de la Organización Panamericana de la Salud. En principio la buena noticia es que a través del Fondo Covax, Argentina, por ejemplo, recibirá desde ahora a Mayo, 1,900.000 dosis.

“Pero, no hay dudas y deberemos reforzar el mensaje. Es importante la distribución de las vacunas al igual que las medidas de salud pública. Se deberá insistir con el distanciamiento social adecuado para evitar contagios, con el uso adecuado de barbijos y evitar lugares llenos de gente”. Vacunas y comportamiento social van de la mano.

Coronavirus: la advertencia de los expertos de Argentina y de Rusia sobre la falta de vacunas