Dos efectivos de la Policía de Córdoba fueron imputados en las últimas horas por el crimen de un joven de 17 años en la capital provincial, y mientras la Justicia investiga si le plantaron un arma para justificar el asesinato, el Ministerio de Seguridad removió a la cúpula de la fuerza.

El Gobierno provincial informó que la comisaria mayor Liliana Rita Zárate Belletti reemplazará a Gustavo Piva en la Dirección General de Seguridad Capital, al tiempo que también fueron desplazados los subdirectores del área de las zonas norte y sur de la Capital, comisarios mayores Rubén Turri y Gonzalo Cumplido, respectivamente.

El hecho ocurrió este jueves a la madrugada, luego de que el auto en el que iba Valentino Blas Correas junto a un grupo de amigos evadiera presuntamente un control policial y tras una persecución los efectivos dispararan contra el vehículo.

Los policías acusados fueron identificados como Javier Alarcón y Lucas Gómez, y están siendo investigados por el delito de homicidio calificado agravado por el uso de arma de fuego.

En diálogo con Cadena 3, el secretario de la Fiscalía a cargo de la causa, Gabriel Prunotto, informó este viernes que los efectivos habrían efectuado "cuatro o cinco disparos" al auto en el que iba la víctima durante la persecución y que podrían ampliarse las imputaciones, en caso de confirmarse la participación de otros policías.

Además, el funcionario judicial comentó que uno de los disparos le dio en la espalda al adolescente y que "no hubo ningún tipo de intercambio de disparos", al referirse al arma que se encontró cerca del auto en el que viajaban los adolescentes y que se dijo que habría sido arrojada desde el vehículo.

En conferencia de prensa, el jefe de la Policía de Córdoba, Alejandro Mercado, dijo que los dos efectivos acusados están detenidos y que otras dos agentes, que iban junto a los imputados en el mismo patrullero, fueron separadas de la fuerza hasta que se determine la responsabilidad en el hecho.

"A mi hijo lo acribillaron. En dos horas limpiaron toda la zona", dijo en declaraciones al Noticiero Doce, Soledad, la madre del joven, y aseguró que él y sus amigos no tenían armas.

"Sólo fueron a un bar. No hicieron nada. Se asustaron y se fueron. Lo garantizo porque sé a quién crié. No quiero más muertos en mi familia. Somos una familia de bien. No voy a permitir que lo ensucien. Me voy a encargar hasta el último día de mi vida", comentó.