Confirman condena a responsable de un basural a cielo abierto que contaminaba en Zárate
La Justicia Federal consideró que permitió que vertieran residuos peligrosos para el medio ambiente durante al menos diez años sin ningún tipo de control.
La Justicia Federal confirmó la condena a prisión del antiguo dueño de un predio del partido bonaerense de Zárate, en el que funcionaba un basural a
cielo abierto, al encontrarle culpable de delitos ambientales, por permitir el derrame y filtraciones de hidrocarburos, entre otros residuos contaminantes y peligrosos para la población de la zona.
El fallo fue emitido por los jueces de la Sala IV de la Cámara de Casación Penal, integrada por Gustavo Hornos, Mariano Borinsky y Javier Carbajo.
Los camaristas consideraron ajustada a derecho la pena impuesta a Hugo Oscar Cóncaro, propietario del predio de 20 hectáreas situado en el kilómetro 83,500 de la ruta nacional 9, por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal número 3 de San Martín, teniendo en cuenta las pruebas aportadas.
El tribunal había condenado a Cóncaro a cuatro años de prisión y una pena de 200 mil pesos.
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Dos de los jueces de la Cámara, Borinsky y Carbajo, habían consideraron excesiva la sentencia en cuanto a la pena de prisión, por lo que enviaron el expediente al tribunal para que revise ese aspecto.
Se lo había encontrado a Cóncaro culpable de avalar entre 2008 y 2018 el almacenamiento de elementos peligrosos sin ningún tipo de control ni tratamiento, lo que provocó graves daños ambientales tanto en la tierra, como el aire y las napas de agua del lugar.
Se señaló que tanto empresas como municipalidades cercanas al lugar depositaban sus residuos sin ninguna clase de medida de seguridad sobre el contenido que arrojaban, lo que provocaba además, según los jueces, la proliferación de ratas y otras alimañas.
A su vez, tuvieron encuentra que cerca del basural se encuentran tres centros educativos: la Escuela Nro. 13 Nuestra Señora de Luján, la Escuela de Educación Secundaria nro. 6 y el Jardín de infantes nro. 909.
Además, un arroyo cruzaba el terreno y sus aguas desembocaban, en última instancia, en el río Paraná de las Palmas.