Condenaron al alumno que detonó una bomba casera en su colegio y dejó sorda a una compañera
Quiso cumplir un reto viral de Tik Tok e hizo estallar la bomba que le provocó la pérdida de más del 96% de la capacidad auditiva a una compañera.
El alumno que detonó una bomba casera en su colegio y dejó sorda a una compañera en la ciudad de Mar del Plata fue condenado. Para la Justicia, lo que hizo el menor no fue una travesura si no que cometió un delito.
La jueza Mariana Irianni del Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil N°2 de Mar del Plata, encontró culpable al estudiante del delito de "lesiones graves" y lo condenó a un año y seis meses de prisión de ejecución condicional.
El caso ocurrió a principios de julio del año pasado cuando el joven quiso cumplir con un reto viral de Tik Tok e hizo estallar, durante el recreo en el colegio Don Bosco, la bomba casera.
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La explosión le provocó la pérdida de más del 96% de la capacidad auditiva a Azul Zabaleta. Su padre explicó que la víctima “quedó muy afectada con el equilibrio, no puede discriminar los sonidos y sigue bajo tratamiento psicológico”.
Ese fue el punto principal para que la jueza encuentre culpable al estudiante y no haya considerado que se trató de un simple juego que salió mal.
“Logramos por los carriles correctos que mi hija pudiera hacer su duelo. Hubo un responsable y va a tener que pagar por lo que hizo”, sostuvo Matías Zabaleta.
En diálogo con el canal de noticias TN, el hombre indicó que inició una demanda civil y que en estos momentos está en trámite un sumario administrativo hacia las autoridades del colegio por como actuaron en ese momento.
Según el relato de los testigos, la bomba, que en realidad era una botella con cloro y agua, estaba dentro de un tacho de basura. Su mezcla provocó una reacción química cuya liberación de gases derivó en la explosión.
“Hizo esa bomba a sabiendas de los daños que podía provocar y aún así lo hizo, porque su intención era dañar a alguien”, manifestó Zabaleta.
El acusado por ese entonces cursaba el último año de la secundaria, mientras que la joven tenía 15 años. Ese día la alumna pasó por ese pasillo justo cuando se produjo la explosión y “se desmayó del dolor”.
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A pesar de que recuperó la consciencia a los minutos, nada volvió a ser lo mismo. En el hospital estuvo internada y debieron realizarle tres intervenciones quirúrgicas consecutivas.
A su vez, tuvo que realizar un tratamiento con altas dosis de corticoides y sesiones de cámara hiperbárica con el objetivo de bajar la inflamación de los tímpanos.
Luego de la acción y de su leve recuperación, tanto el acusado como la víctima volvieron al mismo colegio y allí vivió otro infierno. La familia de Azul denuncia que el alumno nunca le pidió perdón y que se dedicó a hacerle bullying a su hija hasta que consiguieron una restricción de acercamiento.