El Tribunal Oral número 12 de la Capital Federal condenó a 11 años de prisión a un tatuador que en 2018 intentó matar a golpes a su pareja.

Los jueces Darío Medina, Claudia Moscato y Luis Márquez dispusieron la pena para Guillermo Ariel Silva, quien había sido previamente juzgado por los mismos hechos en 2019 pero sólo había recibido una pena de seis años de prisión por “lesiones” y no había sido detenido.

Al revisar el fallo, la Cámara de Casación corrigió la calificación, que pasó de “lesiones leves y graves” a “homicidio agravado por el vínculo en grado de tentativa”, y ordenó adecuar la pena, que fue elevada de seis a 11 años de cárcel.

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Además, el condenado fue detenido por otros delitos, “en el marco de los expedientes  trámite paralelo que se sustancian en su contra, donde -finalmente- fue condenado por ataques sexuales a las niñas de la familia de la víctima de esta causa”.

Los hechos por los que fue condenado por intento de homicidio ocurrieron el 20 de mayo de 2018, cuando en dos oportunidades (una por la madrugada y otra a la tarde) Silva, actualmente de 30 años de edad, atacó a su ex pareja, cuya identidad permanecerá en reserva.

Le propinó una golpiza a la víctima. Concretamente le asestó patadas en la zona abdominal, oportunidad en que la dejó sin aire, la empujó contra el lavarropas donde se lastimó la cintura, le propinó patadas en todo el cuerpo, en la cabeza, luego le levantó la cabeza y se la hizo rebotar en el suelo dos veces, lo que provocó que la damnificada se desmayara”, describe el fallo.

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“Le pisó la cara con el pie ejerciendo presión y frotando su pie en la cara de la damnificada. (…) Ella se tapó con el brazo, por lo que la pisó en el hombro a la altura de la clavícula. En ese contexto la víctima escuchó a Guillermo Silva decir: ‘la maté’ (sic)”, añadió la resolución.

El condenado, según se desprende del fallo, también subió videos a redes sociales “en los que hacía alusión a la víctima y a los hechos que forman parte en este proceso”.

Pese a la descripción de lo acontecido, otro tribunal, el número tres condenó en junio de 2019 a Silva sólo por “lesiones dolosas leves y graves, agravadas por su comisión en contra de una persona con quien ha mantenido una relación de pareja y por mediar violencia de género” a la pena de seis años  y no hizo lugar al pedido de detención de la fiscalía.

La Casación corrigió esa calificación y la convirtió en “homicidio doblemente agravado por su comisión en contra de una persona con quien se ha mantenido una relación de pareja y por mediar violencia de género, en grado de tentativa”.

Silva, alojado actualmente en la cárcel de Ezeiza, anunció a los jueces que en la cárcel estudiará abogacía y ya pidió el alta para poder también trabajar intramuros.