Con la cabra atada
El establecimiento Siete Cabritos produce quesos de cabra premium de la raza Saanen, originaria de Suiza.
La Vauquita, la golosina hecha con el manjar de los argentinos y que es un clásico de los kioscos, tiene su origen en Trenque Lauquen, al oeste de la Provincia de Buenos Aires, a unos 444 km de la Capital Federal por la Ruta Nacional n.º 5. Es el partido bonaerense con más tambos. Actualmente hay cerca de 165 y genera más de 1000 puestos de trabajo directos.
Si bien la mayoría de los tambos en Trenque Lauquen son de producción lechera vacuna, hay quienes se animaron a la caprina y con ella a elaborar otro manjar: quesos. Este es el caso de Siete Cabritos, una empresa familiar que desde hace 80 años se dedica a la actividad láctea y desde hace 15 a la producción caprina.
La familia Espain arrancó en el 2007 con una pequeña majada de 20 cabras en la estancia San Francisco, y en un año con una producción de 40.000 litros comenzaron a elaborar quesos y crearon la marca Siete Cabritos. Anteriormente, los Espain tenían el tambo en Villa Dolores, Córdoba, pero con los años fue creciendo y cada vez se hacía más difícil el control de las majadas, así que decidieron mudarlo a la localidad de Treinta de Agosto, en Trenque Lauquen.
La idea fue de Paco Espain, a la que luego se fueron sumando su hermana, hijos y sobrinos. Ahora trabajan 8 personas y hoy tienen unas 500 cabras, pero llegaron a tener unas 800 que se vieron afectadas por problemas de cetosis y robos.
La leche para elaborar los quesos de Siete Cabritos proviene de las razas Criolla y Saanen. La Saanen es originaria de Suiza y es considerada la especie caprina lechera por excelencia en el mundo. Aportan unos 5 litros por animal y tienen un buen nivel de volumen, pero no así de sólidos, que son importantes para la elaboración de los quesos en cuanto a composición de leche, y eso lo brinda la Criolla.
Las cabras se alimentan de pasturas y además se les proporciona suplementos con pellets de alfalfa y algún balanceado para que el animal entre al ordeño en estado óptimo. “Si bien el año pasado no fue el mejor, sacamos unos 600 litros por día y obtuvimos unos 100.000 litros en toda la campaña. Otros años llegamos a hacer 150.000 litros anuales”, dice Lázaro Llorens Espain, quien está a cargo de la parte industrial de la empresa.
El trabajo en el tambo arranca bien temprano, a las 5 de la mañana empieza el ordeño, hasta las 9, y luego se les da una ración y el circuito se repite a las 17 hs y finaliza a las 21, pero lo más importante para un buen funcionamiento es la sanidad de las cabras, y por eso la atención veterinaria en Siete Cabritos es permanente.
Pero vamos a lo que más tienta: los quesos. Y aquí es donde los Espain desenvainan una interesante gama de productos que se obtienen con el cuidad integral de las cabras y la excelencia en la producción de leche. Son pioneros en el país en la elaboración de queso Azul de leche de cabra, queso Cuartirolo Caprino, Sbrinz de cabra y pampeano, sardo, tybos, y provoleta de cabra. Manjares de la Argentina que crece.