Esta semana la princesa Amalia, la hija mayor de Máxima Zorreguieta y el Rey Guillermo de Holanda se convirtió en el centro de todas las miradas a raíz de la portada de una revista en la que se hacía referencia a su talla “plus size”.

Rápidamente, la publicación fue tildada de “gordofóbica” por miles de usuarios de las redes que no dudaron en mostrar su descontento.

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Cómo es la vida de la princesa Amalia de Holanda

Y uno de los planteos más fuertes, sin dudas, fue: ¿Por qué se habla de su aspecto físico y no de sus otros valores?

A los 16 años, Amalia está acostumbrada a que se hable de ella públicamente y como futura heredera al trono, se

perfila como una líder de su generación.

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Cómo es la vida de la princesa Amalia de Holanda

Sin embargo, desde el seno de su familia, tratan de que viva como una adolescente normal, dentro de lo permitido por los protocolos de la realeza, por eso divide sus días entre los estudios y los actos oficiales.

Más allá de los lujos y privilegios, la princesa estudia en una escuela secundaria pública, a la que llega los días en bicicleta, bajo la atenta mirada del personal de seguridad.

Eso sí, está un curso adelantada debido a su buen rendimiento.

Además, en diciembre pasado dio sus primeros pasos como dramaturga y bajo el seudónimo Emilia van Nassau presentó su primera obra, inspirada en la Navidad.

En relación a la opinión ciudadana, Amalia sigue los pasos de Máxima y es uno de los miembros de la familia real más querido por los holandeses. Sobre todo, por su sencillez.

Tanto es así que hace pocas semanas fue noticia por haber trabajado en una cafetería durante las vacaciones, como cualquier chica de su edad.

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Cómo es la vida de la princesa Amalia de Holanda

Las críticas sobre su cuerpo siempre estuvieron presentes y desde muy temprana edad, la adolescente tuvo que soportar que hablen de su figura en los medios de comunicación.

De hecho, hace dos años la artista rusa Elena Timkaeva presentó una muñeca en la Art Dolls Expo de Ámsterdam y muchos señalaron que se parecía a Amalia, razón por la que la jovencita sufrió el escarnio público.

Aunque también mucha gente salió a respaldarla.

Por su parte, la princesa es una fiel defensora del movimiento “body positive”, que busca la aceptación de todo tipo de cuerpo más allá de los estereotipos de belleza.

Y más allá de su exposición pública, no deja de ser una adolescente de 16 años fanática de la moda y de la música de Beyoncé.

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EN LA ARGENTINA

Ante la oleada de críticas en la Argentina, la directora de la revista, Liliana Castaño, publicó una columna editorial en las redes sociales oficiales de Caras.

“Amalia, la tapa de Caras y una historia de superación”, titula Castaño su columna, que acompaña con la imagen de una nota -publicada en el sitio- que hace alusión a la gran repercusión obtenida.

“Quisimos mostrar el gran momento de una princesa que vive su adolescencia sin tabúes y defiende su figura de ‘mujer real’, pero no pudimos evitar la polémica. Abolir la perfección que nos esclaviza. Rescatar una historia de superación. Ese fue el objetivo de nuestra última tapa”, argumenta la periodista.

Castaño menciona a Oriana Sabatini y el video que superó las ocho millones de reproducciones.

“Harta de la idealización y con ganas de andar más liviana y no de kilos, le pintó exhibir lo que menos le gusta de su cuerpo y escribió en su Instagram qué es lo que le hubiera gustado ver cuando era adolescente, porque la hubiera ayudado mucho. Después de 10 años de convivir con trastornos alimenticios y de su último atracón, la hija de Cathy Fulop liberó sus fantasmas y los de millones de almas”, considera la directora periodística.

De inmediato trae a colación a la protagonista de la última tapa.

“La princesa Catalina Amalia, princesa de Orange, princesa de los Países Bajos, heredera al trono por ser la hija mayor del rey Guillermo y de Máxima Zorreguieta, con todos sus títulos reales no pudo esquivar el bullying y su historia puede resultar inspiradora. Su fortaleza, cómo sobrellevó ser la princesa ‘plus size', cómo la llamaban en Holanda y el apoyo de su familia, es lo que revela la nota”.

Luego, invita a “leer todo el texto”: ”Ayudará mucho a un debate constructivo”, dice. “La fugacidad de quedarse sólo con la lectura del título puede ser mezquino o quizá alcance para ejecutar la dosis de sentencia diaria”.

“Nuestra tapa es a favor de tirar por la borda todo aquello que nos esclaviza y estigmatiza. Nuestra intención, a lo largo de casi 28 años de vida, ha sido rescatar lo que inspira, visibilizar la inclusión y darle voz a los que muchas veces no tienen el merecido espacio”, agrega casi repitiendo las palabras que horas antes había utilizado el subdirector de la revista, Héctor Maugeri, para promocionar su última edición. “Quizás si el protocolo real no le hubiera prohibido el uso de las redes sociales, Catalina Amalia hubiera likeado el posteo de Oriana”, especula Liliana Castaño al concluir su descargo.