Tres barras bravas de Boca Juniors comenzarán a ser juzgados desde el próximo lunes como instigadores de un doble homicidio ocurrido por un enfrentamiento entre facciones antagónicas en la previa de un partido amistoso contra San Lorenzo hace casi diez años.

Los tres barras bravas son Rafael Di Zeo, Christian “Fido” De Vaux y Walter “Tintín” Coronel, quienes están acusados por los hechos ocurridos el 21 de julio de 2013 en las inmediaciones del estadio de San Lorenzo.

“Dos grupos de individuos miembros de dos facciones diferenciadas de la hinchada de Boca, una de ellas identificada para ese entonces como ‘doce oficial’ y liderada por De Vaux, quien se encontraba presente en el lugar; y otra identificada como la “doce disidente”, liderada por Di Zeo, quien también se encontraba en el sitio dando indicaciones al grupo de gente que encabezaba”, explica el auto de elevación a juicio, firmado por el fiscal Santiago Vismara.

Según la acusación, ambas facciones “mantuvieron un enfrentamiento armado para disputarse el poder de la ‘barra brava’ del club.  Como consecuencia de la confrontación se produjo la muerte de Marcelo Ariel Carnevale por lesiones torácicas por impacto de proyectil de arma de fuego y hemorragia interna, y de Ángel Martín Díaz, también a causa de lesiones por proyectil de arma de fuego en abdomen, hemorragia interna y externa”.

Además, resultaron heridos otros aficionados, identificados como Matías Dalaco, Gabriel Mariño, Miguel Ángel Sánchez, Carlos Suárez, Diego Bramajo y  Hugo Barraza.

El Tribunal Oral número 13, integrado por los jueces  Adolfo Calvete, Diego Guardia y Enrique Gamboa, juzgará a los tres barras como “instigadores” de los homicidios y por su presunta responsabilidad en la formación de grupos violentos, en violación a la ley de seguridad en el fútbol.

La pena en caso de ser hallados culpables podría llegar a la prisión perpetua.

El fiscal del juicio será Aldo De la Fuente, quien el viernes obtuvo una medida cautelar que le impide a Di Zeo, actual jefe de la barra brava, concurrir al superclásico que se disputará mañana en La Bombonera.

Di Zeo había obtenido un fallo judicial que le revocó transitoriamente el “derecho de admisión” que se le viene aplicando, pero también eso fue apelado y le tronchó la ilusión de ver en vivo el superclásico.

Durante la investigación de los episodios ocurridos en 2013 no fue posible identificar a los autores materiales de las dos muertes, ya que el enfrentamiento fue generalizado y se dispararon al menos ocho armas de fuego y se dispararon unos 150 proyectiles.

En la etapa de instrucción quedó determinado que el motivo de la disputa, lejos de responder a la rivalidad propia del fútbol, habría estado dado para establecer cuál de esas dos facciones ocuparía la conducción de la barra oficial”.

Los grupos antagónicos “llegaron al lugar con una antelación de casi cinco horas (extrema para un partido amistoso), encapuchados, blandiendo palos, cascotes y arengando con expresiones tales como ‘los vamos a matar’.  Ni bien advirtieron la presencia del oponente fueron directamente a su cruce, con todo tipo de armas de fuego”.

Di Zeo, asistido por el abogado Diego Storto, niega haber estado ese día en el lugar de los hechos y, más aún, señaló que “no forma parte de la barra brava del club”.

“Señaló que se lo indicó falsamente como la persona con casco que estaba dando indicaciones en los momentos previos al hecho, resaltando sobre el punto que existían diferencias de altura entre él y la persona filmada, que él no poseía motocicleta, y que no sabía conducir ni tenía carnet a esos fines”, explicó en su descargo.

De Vaux, - defendido por Daniel Dinuchi y Raquel Pérez Iglesias- en cambio, reconoció que había ido al estadio de San Lorenzo para presenciar el partido pero describió un escenario de emboscada en su contra, por lo que decidió regresar a su casa ante la lluvia de balas.

Coronel, defendido por el abogado Fernando Herrera, es un ex aliado y hoy enemistado con Di Zeo que ocupa actualmente la “jefatura” de la barra brava de Los Andes.