Hugo Alejandro Álvarez, más conocido como “Gordo Ale”, le resultaba difícil pasar desapercibido durante los golpes de la banda del morral, ya sea por teléfono -cuando ejecutaba las extorsiones- o en persona -durante los secuestros-.

Las víctimas lo señalaban, en primer término, por su tonada correntina, y en segundo lugar, por su gran porte físico. Aunque al principio los detectives no tenían su nombre, sabían que buscaban a un hombre “del interior”.

Sin embargo, Álvarez logró escapar y permanecer prófugo durante ocho meses, con su familia hasta este sábado cuando fue capturado por efectivos de la Superintendencia de Investigaciones Federales, en la ciudad de Corrientes, donde se refugiaba en el perfil bajo: vivía en una zona de casas bajas y tenía en un vehículo Honda, de alta gama, pero modelo 2008, el mismo en el que circulaba cuando fue capturado en un operativo cerrojo.

En el barrio San Gerónimo, “Ale” pensaba abrir una agencia de venta de autos. La organización que logró botines millonarios con los secuestros también se dedicaba al robo de vehículos y el ahora detenido se dedicaba a reducirlos.

Los investigadores llegaron al secuestrador gracias a la búsqueda en redes sociales abiertas, donde encontraron fotos de Álvarez que habían sido tomadas en Corrientes. Tras el análisis de las imágenes con aplicaciones comparativas, llegaron a la zona donde se ocultaba.

Las víctimas lo describían como “un gordo que llevaba un morral”, característica que pudo haberle dado nombre a la banda.

Álvarez, que participó activamente en la elaboración y ejecución de diversos delitos, fue apresado bajo el rótulo judicial de “secuestros extorsivos, asociación ilícita y robo en poblado y en banda”. En la causa, bajo la órbita del juez federal Jorge Rodríguez, interviene el fiscal de Hurlingham Santiago Marquevich, también titular de la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (Ufase).

El resto de la asociación ilícita ya fue elevada a juicio por cometer secuestros extorsivos y otros delitos contra la propiedad entre marzo y octubre del 2020, en Ramos Mejía, San Justo, Ituzaingó y Morón