Siete testaferros, fortuna oculta, autos, propiedades, una flota de taxis y presunto instigador del crimen de Candela Sol Rodríguez. “Porque me metí en la política, fui juzgado y condenado”, expresó en 2019, desde el penal de Rawson, cuando solicitó una reducción de la pena.

Ahora, también será juzgado como “partícipe necesario” en un segundo juicio que se realizará por el secuestro y asesinato de la niña de 11 años, que tuvo lugar en Hurlingham, en 2011. 

La historia judicial de “Mameluco”

En 2004 fue condenado por primera vez por narcotráfico. Apodado como tal por nunca haberse sacado el uniforme de la escuela industrial donde estudió, Villalba era considerado como un “peso pesado” en el municipio de San Martín.

Cinco años después, en 2009, fue puesto en libertad y emprendió una “cuenta pendiente”: ser intendente. Es por eso que, un año después y acompañado de -aproximadamente- 50 personas, reclamó una autorización para un acto político en el Concejo Deliberante. Pero sus sueños se quedaron en el camino.

En 2011, volvió a ser detenido por traficar 30 kilos de marihuana, hecho por el cual su hermano también estuvo involucrado. Para 2014, fue penado por este caso y se la unificaron con la condena anterior.

También estuvo implicado en el caso Candela, sobre el cual en 2017 declaró como testigo y se desvinculó del hecho: “Yo no fui, odio a los secuestradores. Sufrí secuestros y nunca haría algo así”, dijo. También agregó que cree que el crimen fue por un secuestro extorsivo que estaba “vinculado a plata del narcotráfico”.

Para 2018, acusado de poner en circulación dinero del narcotráfico con la compra de bienes (entre ellos, ocho taxis y una camioneta de alta gama), se le confirmó la condena a 27 años a prisión por lavado de activos y tráfico de droga.

Su intento de intendente

En 2009, luego de salir de la cárcel por su primera condena, abrió un lavadero. En ese entonces, decía que tenía un negocio en blanco, con 120 autos que asistían por día. Finalmente, la realidad fue otra: el titular del lugar era otra persona.

Sin una buena reputación ni intenciones de bajar su perfil, decidió postularse como candidato a intendente de San Martín en 2011. Según sus afiches, prometía “trabajo, salud, educación y seguridad”.

Pero, el proyecto quedó a medio camino por todos los hechos a los que estaba vinculado: venta de drogas, lavado de dinero, partícipe de un secuestro y vinculación a Pablo Bressi (exjefe de la Policía Bonaerense que figura en la lista de espionaje ilegal).