El cáncer de pulmón ocasiona aproximadamente 10.000 muertes por año en Argentina y para tratarlo el sistema de salud destina 1 de cada 5 dólares asignados al tratamiento de todos los tipos de cáncer, además de que la enfermedad también tiene un fuerte impacto en la economía de las y los pacientes y sus familias.

Así lo determinaron dos estudios conducidos por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), una institución académica afiliada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y fueron difundidos en ocasión del Día Internacional del Cáncer de Pulmón, que se conmemora el próximo domingo.

En el primero de los estudios, el equipo de investigación realizó un modelado matemático para estimar la carga de la enfermedad y el costo médico directo atribuibles al cáncer de pulmón en Argentina, tomando como insumos: datos internacionales (como el Observatorio Mundial del Cáncer), revisión de la literatura y parámetros consensuados con una experta en cáncer de pulmón a nivel local.

Según el análisis, cada año hay 12.000 nuevos casos y 14.000 pacientes que viven con la enfermedad, por lo que la carga económica del cáncer de pulmón en Argentina en 2023 se estimó en US$556,2 millones, lo que representa el 1,4% del gasto total en salud del país. Los costos estimados incluyen consultas, estudios diagnósticos, cirugías, radioterapia, medicamentos, hospitalizaciones, seguimiento y manejo de eventos adversos.

Casi 8 de cada 10 casos son atribuibles al tabaquismo y cada año se pierden por cáncer de pulmón 179.000 años de vida por muerte prematura y discapacidad, lo que equivale a que 179.000 personas en Argentina dejaron de tener un año de vida saludable por el impacto de la enfermedad, calculó el equipo del IECS.

“El cáncer de pulmón no es el más frecuente en Argentina, pero es el que más muertes produce y el que más recursos consume”, destacó la Dra. Andrea Alcaraz, médica, máster en Efectividad Clínica y coordinadora de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del IECS, quien añadió que esta dolencia “sigue siendo un problema álgido de salud pública”.

Asimismo, añadió: “Hay mucho espacio para intervenciones. Cerca de la mitad de los diagnósticos se realiza en estadios avanzados, lo que limita las opciones terapéuticas y reduce la calidad y la esperanza de vida”.

Gastos para las familias

En un segundo estudio relacionado, que fue financiado por el Instituto Nacional del Cáncer (INC) y cuyos resultados se publicaron en Value in Health Regional Issues, la Dra. Alcaraz y colegas evaluaron en 3 hospitales públicos y una institución privada de Buenos Aires y La Plata la experiencia real de 131 pacientes diagnosticados con cáncer de pulmón en estadio avanzado.

Comprobaron que un 48% de los participantes declaró una reducción de ingresos a causa de la enfermedad, un 16% perdió su empleo y un 68% informó “toxicidad financiera”, o gastos de bolsillo para sobrellevar la atención que impactaron seriamente o superaron la capacidad económica para afrontarlos, con un impacto negativo de mayor magnitud en quienes recibieron atención en el sector público.

El impacto en la familia del cáncer de pulmón es muy significativo. Afecta muchas veces a personas en edad productiva que pierden su empleo o disminuyen sus ingresos, y que tienen que pedir dinero o endeudarse para afrontar gastos catastróficos”, señaló el Dr. Federico Augustovski, investigador principal del trabajo y director del Departamento de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Economía de la Salud del IECS. 

Los autores indicaron, además: “Dada la creciente incidencia de cáncer de pulmón, los países deben estar preparados para seguir trasladando la investigación a la práctica del mundo real, mejorando las políticas de prevención, apoyando el acceso equitativo a la atención médica, mejorando la efectividad de los servicios de atención médica y aumentando la conciencia pública. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el impacto sustancial del cáncer de pulmón en la salud global y ha emprendido iniciativas centradas en el control del tabaco, la prevención del cáncer, la detección temprana y la mejora del acceso a tratamientos costo-efectivos de alta calidad”.