Bela Kiss, el femicida de 23 mujeres y del amante de su esposa que guardó los cuerpos en bidones
El perfil de las víctimas era similar en todos los casos: no tenían familiares o no serían buscadas en caso de que desaparecieran. Las autoridades descubrieron demasiado tarde los cadáveres.
Bela Kiss fue un asesino serial húngaro que entre 1900 y 1914 mató a 23 mujeres, incluida su esposa, y a un hombre, que fue amante de su pareja, y guardó los cuerpos en bidones de metal y conservados en alcohol, aunque nunca pudo ser atrapado y su destino final sigue incierto por estos días.
Nacido en 1877, Kiss era un respetable comerciante de una fábrica de hojalata en la ciudad de Czinkota, muy cercana a Budapest.
Este sujeto vivía solo con su ama de llaves, la señora Jakubec, ya que su esposa Maria, según él mismo reveló, lo había abandonado para huir con su amante, un artista llamado Paul Bihari. Hasta ese momento, Kiss era un hombre mas que incluso se había incorporado al ejército.
Sin embargo, sus crímenes fueron descubiertos en 1916 cuando la primera guerra mundial provocó una gran escasez y las autoridades locales decidieron usar la gasolina que Kiss decía haber almacenado en su propiedad en siete grandes bidones de metal.
Justamente, al revisar el contenido de estos recipientes, uno solo tenía gasolina mientras que el resto tenía 24 cadáveres conservados en alcohol.
En ese sentido, eran 23 mujeres que habían sido estranguladas, incluyendo a su esposa, así como el cuerpo de un hombre, al que finalmente identificaron como el del amante.
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Asimismo, los investigadores descubrieron correspondencia que delataba como Kiss, quien había adoptado una identidad falsa bajo el apellido Hoffman, seducía a mujeres con promesas de matrimonio, las convencía para que lo fueran a visitar a su casa y las convencía de entregarle su dinero para luego asesinarlas.
El perfil de las víctimas era similar en todos los casos: no tenían familiares o no serían buscadas en caso de que desaparecieran.
Las autoridades, al advertir estos cadáveres, fueron a detener a Kiss, quien estaba convaleciente en un hospital de heridos de Serbia, pero este desapareció de ese centro asistencial.
El femicida había estado usurpando la identidad de un joven soldado fallecido allí, por lo cual inicialmente se creyó que había muerto.
Sin embargo, posteriormente fue visto en Budapest, en Rumania, pero también hubo una ola de rumores en relación a donde pudo haber estado.
En ese aspecto, se dijo que murió de fiebre amarilla en Turquía, también que formaba parte de la Legión Extranjera Francesa, incluso que vivía en los Estados Unidos, donde se tejieron dos hipótesis: que un detective de homicidios lo había visto en el metro de Nueva York y que lo vieron trabajando de encargado en un edificio.
Pero ninguna de esas hipótesis pudo comprobarse y el destino de Kiss continúa incierto hasta la actualidad.