El ayuno de dopamina es un término que popularizó el profesor y psicólogo Cameron Sepah de la Universidad de California como método para regular nuestra exposición a los estímulos estresantes del día a día. Su teoría se viralizó después de compartirla en LinkedIn.

En términos sintéticos, Sepah explicó en aquel momento que “reducir la dopamina, se basa, en exclusiva, en procurar reducir el comportamiento impulsivo y aquellas conductas que son nocivas para nosotros”.

Pero se interpretó mal por muchos de sus seguidores, quienes consideraron que el psicólogo proponía la “abstinencia total de placer”. No era eso.

Para comprender cómo funciona la dopamina en el cerebro y cómo impacta en el cuerpo, además de analizar la teoría propuesta por Sepah, NA conversó con Alejandro Andersson, neurólogo y director del Instituto de Neurología de Buenos Aires.

No se trata de una abstinencia total de tecnología ni implica evitar todo lo que genera placer, estas serían interpretaciones incorrectas difundidas por algunos comentadores”. En cambio, a través del ayuno de dopamina se intenta “ser consciente de las conductas y buscar un equilibrio para recuperar el control de la vida”, explica Andersson.

El ayuno de dopamina, en tanto, intentará “regular la exposición a estímulos insalubres o estresantes para mejorar el bienestar mental. ¿Cómo? Buscando reducir conductas adictivas y contraproducentes para recuperar la flexibilidad comportamental, alineándose con las bases de la terapia cognitivo-conductual”, detalla.

Entre los comportamientos compulsivos que apunta a reducir, se encuentra el uso excesivo de pantallas, las compras en línea, el consumo de pornografía, la búsqueda de emociones extremas y los juegos en línea.

Y destaca: “El bienestar y la plenitud no implican renunciar completamente a la tecnología, sino encontrar un equilibrio entre el mundo digital y el real. Desconectar de vez en cuando puede contribuir a la salud mental”.

Qué es la dopamina y cómo impacta en el cuerpo

“La dopamina es un neurotransmisor, es decir, un mensajero químico que transmite señales entre las neuronas. Está presente en muchas funciones cerebrales las que repercuten en el cuerpo”, detalla el experto, mientras cuenta que forma parte del sistema de recompensa del cerebro.

¿Cuándo se libera dopamina? En respuesta a estímulos placenteros y que nos motiven.

Al mismo tiempo, la dopamina nos motiva a revivir los comportamientos que nos recuerda a todas aquellas experiencias que nos generaron displacer.  “Está muy vinculada a lo que nos genera atracción como así también, a todo aquello que recordamos con rechazo”.

Respecto del aprendizaje, explica que “la dopamina facilita el proceso de aprendizaje fortaleciendo las conexiones sinápticas entre las neuronas”.

Por otro lado, cuando existen desbalances en el neurotransmisor aparecen cuadros de depresión. “También hay alteraciones de la dopamina en cuadros psiquiátricos como la esquizofrenia. A su vez, el Parkinson está muy relacionado con la dopamina ya que, cuando te faltan las neuronas que la fabrican en un lugar del tronco cerebral (sustancia negra), técnicamente tenés Parkinson”, especifica.

Los niveles de dopamina suelen subir cuando experimentas experiencias placenteras como estas: “Desde algo que comiste y te gustó hasta la sensación de felicidad por alcanzar una meta laboral. La actividad física cuando se disfruta también elevan la dopamina, los estímulos nuevos y la interacción social”. Y en caso contrario, suelen bajar cuando hay estrés crónico, ansiedad, sedentarismo, aislamiento social, una dieta deficiente y adicciones.

Estrategias para llevar a cabo el ayuno de dopamina

Períodos sin tecnología: Fin de semana cada tres meses, una semana al año sin contacto con Internet.

Tiempo al aire libre: Pasar tiempo en la naturaleza, sin conexión wifi.

Desconexión diaria: Cuatro horas al día sin pantallas e Internet, especialmente antes de acostarse.

Mindfulness: Ser consciente de las acciones en cada momento para desarrollar un mejor control sobre la mente y la conducta.