La Argentina tiene una nueva chance de ayudar a refugiados de guerra, tras el ataque de Rusia a Ucrania, y potenciarse con ese recurso humano. Para eso, deben generarse diferentes mecanismos de inserción social.

Este país, históricamente, ha sido marcado por las migraciones internacionales. Sobre todo, aquellas que se dieron en contextos bélicos.

De hecho, durante la primera mitad del Siglo XIX y principios del Siglo XX, producto de la primera y la segunda guerra mundial, ha cobijado, principalmente, a comunidades enteras de italianos, españoles, franceses, rusos, alemanes y polacos, entre otros que se han asentado en nuestro país y lo han hecho propio.

Podemos decir, sin lugar a dudas, que la Argentina es un país de inmigrantes, ya que es uno de los que mas los ha recibido a nivel mundial, ocupando durante mucho tiempo los primeros puestos en la materia.

Sin embargo debido a la inestabilidad económica y política, sumado a la devaluación y la inflación cada vez son las los inmigrantes y argentinos que deciden abandonar esta tierra. 

Por eso, en el marco de la invasión de Rusia a Ucrania, y el exilio forzado de tantos ucranianos que buscan países que lo reciban y que les den la oportunidad de comenzar una vida nueva, está claro que la Argentina se configura como una verdadera opción para beneficio de estos inmigrantes y también para beneficio de esta gran nación.

Ello en virtud de que la Argentina sigue siendo un país inmenso (el octavo país más grande del mundo) y despoblado si lo comparamos con otros países de similar tamaño.

Para graficar lo expuesto basta este dato, la población total de inmigrantes en los Estados Unidos es igual a la población total de habitantes de este país (argentinos y extranjeros). Ello debido a que la Argentina viene descendiendo en la escala mundial de países que reciben inmigrantes en el mundo.

Antes ocupaba los primeros puestos, pero por las crisis mencionadas, los extranjeros eligen otros destinos donde vivir y proyectar su futuro. Hoy ocupamos el puesto número treinta y seguiremos descendiendo si no tomamos rápida acción.

Todo esto demuestra que las necesidades siguen siendo las mismas que siglos atrás: necesitamos atraer y convocar a inmigrantes deseosos de llegar a estas tierras para aportar su trabajo, ciencia, industria, arte y tecnología para contribuir con el progreso del país.

La inmigración es realmente un recurso valioso que bien administrado puede permitir que salgamos de esta crisis galopante, siempre que convoquemos no sólo a trabajadores sino también a quienes puedan invertir en el país.

Estamos frente a un grupo de inmigrantes vulnerables, ya que los ciudadanos ucranianos, si bien no necesitan visa para ingresar a la Argentina, debieron huir forzosamente de su país.

Lo que implica que aquí debemos darle la asistencia humana necesaria que les permita paliar estas dificultades y luego capitalizar todo su esfuerzo para que aquí puedan prosperar.

En ese punto, fue positiva la decisión tomada hace pocas semanas por el Gobierno Nacional, en el sentido de recibirlos como refugiados, para brindarles una vía rápida de ingreso y la asistencia necesaria para sobrevivir mientras se adaptan a una cultura e idioma diferentes.

La Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE) tiene la misión de decidir la concesión del estatuto de refugiado a una persona, sumada a la responsabilidad de cuidar sus derechos y ayudar en la búsqueda de opciones para su integración local y asistencia.

En este contexto, se requiere en primer lugar ofrecerles la asistencia necesaria a estos refugiados y a su vez conocer sus condiciones personales (estudios, experiencia laboral, fuente de ingresos, empresas, etc), lo que permitiría relocalizarlos en sectores productivos acordes a esas condiciones.

Incluso, en algunas zonas donde se requiera especialmente esa experiencia laboral. Lograr que la inserción no se concentre en las grandes ciudades, sino que se distribuya en donde es requerida.

Si se sabe aprovechar y administrar este valioso recurso de la inmigración, podrán así generarse nuevas fuentes de riqueza.

Nuestro país está hoy ante una nueva oportunidad de ayudar y potenciarse por la llegada de extranjeros, priorizando en todo momento las necesidades de este país.

(*) - Déborah Huczek es abogada especialista en derecho migratorio, autora del libro "Los inmigrantes y el progreso de la Argentina".