Argentina amplió las opciones de protección contra la enfermedad neumocócica en Pediatría
En adición a los métodos de prevención existentes, ya se encuentra disponible una nueva vacuna para proteger a población pediátrica.
El neumococo, científicamente conocido como Streptococcus pneumoniae, es una bacteria que puede estar presente en la mucosa nasal o faríngea de los seres humanos. Este microorganismo es el segundo agente causante de las neumonías adquiridas en la comunidad (NAC) pediátrica que requieren hospitalización.
No obstante, afecta también a adultos, especialmente aquellos de alto riesgo como los mayores de 65 años, fumadores activos, personas que viven con VIH, personas alcohólicas, pacientes con diabetes, oncológicos o pacientes que sufran alguna enfermedad crónica del corazón, los pulmones, los riñones o el hígado.
En Argentina, según un informe del Ministerio de Salud, las tasas de letalidad por meningitis neumocócica en 2022 fueron las más altas de los últimos 5 años. Sumado a esto, las tasas de cobertura de vacunación en lactantes, para prevenir la enfermedad causada por neumococo, reflejaron una tendencia decreciente en los últimos años y aún no se alcanzan los niveles de coberturas de vacunas prepandémicos.
En el caso de los adultos mayores, las tasas de vacunación son más bajas aún, ya que, según la encuesta nacional de factores de riesgo del 2013, la prevalencia de aplicación de la vacuna contra el neumococo en adultos mayores de 65 años o de 18 con factores de riesgo, fue del 16,2%.
El descenso sostenido de las tasas de coberturas de vacunación contra el neumococo se posicionó como una problemática que requiere atención de manera urgente en materia de salud pública mundial.
Transmisión, síntomas y complicaciones de la enfermedad neumocócica
“El neumococo se transmite de persona a persona mediante las gotitas respiratorias que se expelen al toser o estornudar. Las personas que portan el neumococo en la nariz y la garganta no presentan síntomas, pero son capaces de transmitir la infección a otras personas. Los síntomas que produce la enfermedad por neumococo varían dependiendo del cuadro clínico. Entre ellos se encuentran: fiebre, escalofríos, tos, respiración rápida o dificultad para respirar, dolor de pecho, cabeza, rigidez en el cuello, fotosensibilidad, confusión y/o baja capacidad de alerta”, comentó Virginia Verdaguer, Directora Médica de MSD Argentina
La neumonía tiene un período de incubación de entre 1 y 3 días tras la entrada de la bacteria Streptococcus pneumoniae en el organismo.
La susceptibilidad a las infecciones por el neumococo es universal, es decir, de manera general todas las personas son susceptibles a las infecciones causadas por este agente. Sin embargo, algunas condiciones aumentan la susceptibilidad a esta bacteria, incluidas las enfermedades invasivas: la edad, enfermedad crónica, el hacinamiento, la pobreza, la exposición activa o pasiva al humo del tabaco y las infecciones concurrentes de las vías respiratorias superiores. La infección por el neumococo es más frecuente entre los 2 meses y los 3 años, aunque declina después de los 18 meses de edad. El riesgo vuelve a aumentar después de los 65 años.
Enfermedad no invasiva vs invasiva
Tanto en niños como en adultos, esta bacteria puede causar una variedad de enfermedades. Por un lado, invasivas, aquellas infecciones que se localizan en tejidos, órganos y fluidos que normalmente son estériles, generalmente asociadas con procesos clínicos severos. Y, por otro lado, no invasivas, enfermedades menos graves, pero más comunes, como la sinusitis o la otitis media.
La neumonía y la meningitis constituyen las manifestaciones más frecuentes de enfermedades neumocócicas invasivas. Las infecciones del oído medio, la sinusitis y la bronquitis representan manifestaciones no invasivas y menos graves de infecciones neumocócicas, pero son considerablemente más frecuentes
Prevención en Argentina y los distintos serotipos según la edad
Desde enero de 2012, la vacuna conjugada 13-valente está incorporada al Calendario Nacional, en un esquema de dos dosis y un refuerzo, para menores de 1 año (2, 4 y 12 meses) y, según datos del Ministerio de Salud, se observó una reducción significativa de los serotipos que causan enfermedad neumocócica invasiva en niños menores de 5 años. La proporción de serotipos vacunales disminuyó del 87% en 2010 al 19% en 2020, con un incremento al 36% en 2022. Por otro lado, los serotipos no vacunales mostraron un aumento de casos, pero no alcanzaron la carga de enfermedad anterior a 2012 y desde 2014, representan la mayoría de los casos identificados.
De acuerdo con las diferencias antigénicas capsulares, se identificaron más de 90 serotipos, de los cuales un número limitado es causante de enfermedad neumocócica invasiva. La identificación de serotipos varió según región geográfica, edad y periodo de estudio; 6 a 11 de los serotipos más comunes causan aproximadamente 70% de todas las infecciones invasivas en niños en el mundo.
No todos los serotipos que circulan en niños y en adultos son iguales. Según los datos presentados por el Instituto ANLIS Malbrán en el XXIII Congreso de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) en 2023, en niños menores de 5 años, en 2020-21 los serotipos prevalentes fueron 3, 19A, 23B, 24F, 8 y 15B. Mientras que, en el caso de los adultos, los serotipos prevalentes en mayores de 65 años, según un análisis de los casos reportados al Sistema Nacional de Vigilancia desde el 2017 al 2021 fueron 3, 8, 12F,14 y 7F.11 El serotipo 3, caracterizado por su alto potencial de invasividad, altas tasas de neumonía complicada y riesgo de mortalidad, permanece estable a lo largo de los años.
La nueva vacuna se suma a las ya disponibles para prevenir la enfermedad y está indicada para la inmunización activa en la prevención de enfermedades invasivas, neumonías y otitis media aguda causadas por neumococo, en lactantes, niños y adolescentes desde las 6 semanas hasta los 18 años. Individuos mayores de 18 años pueden recibir la vacuna para ayudar a protegerlos frente a enfermedades como la infección pulmonar (neumonía), la inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal (meningitis) y una infección grave en la sangre (bacteriemia).