Maximiliano Richeze, una figura del ciclismo, contrajo el coronavirus, guardó cuarentena y se curó.

Facundo Corvalán, basquetbolista, padeció la misma enfermedad, fue internado y se recupera.

El jugador del Real Canoe de España fue contundente días pasados: "Me siento bárbaro".

Paulo Dybala, aquel jugador de fútbol de Instituto de Córdoba que ahora deslumbra en Europa, es otra víctima en recuperación.

Guardó cuarentena con su novia Oriana Sabatini, también contagiada.

No le falta nada al cordobés. Hace unos días comentó que extraña los horarios y las jornadas de los entrenamientos.

Si su mente piensa así, ya está bien.

Alguna vez, el entrenador de atletismo Alberto Ricardo Laporte, quien producía en la Argentina la revista Marathon, escribió un bonito artículo en el que definió al momento del entrenamiento como "La Hora Mágica".

Ningún deportista maltrecho añora la hora de entrenarse si no se siente bien. Hace falta estar pleno para pensar así.

La conclusión es obvia y sirve para toda la gente, no solo para los famosos del deporte.

Siga los consejos de los que saben.

Actividad física, exposición solar.

Ayudan psicológcamente pero también a una vida sana.

Entonces, si "el bichito", como lo definió Mario Alberto Kempes entra al organismo, tal vez encuentre dificultades y usted tenga mayores posibilidades de curarse.