Al gran pueblo cervecero, salud en su día internacional
Está para tomarse una "birra", es casi un latiguillo universal que, traducido al porteño, el primer viernes de agosto de cada año se potencia con el festejo del Día Internacional de la Cerveza en más de 50 países.
El primer viernes de agosto de cada año, que en este cae el 6, es el día D de la cerveza. Porque desde 2008 se consagró en un pequeño bar de la ciudad de Santa Cruz, California (EU), como un homenaje a los amantes de esta bebida milenaria en todas partes del mundo, así como un agradecimiento a todas las personas que hacen posible su producción, distribución y consumo.
De acuerdo con la página oficial del Día Internacional de la Cerveza (IBD, por sus siglas en inglés) son tres los objetivos de la especial jornada: reunirse con amigos y disfrutar de la delicia que es la cerveza; celebrar a los dedicados hombres y mujeres que la preparan y sirven, y unir al mundo celebrando las cervezas de todas las naciones y culturas.
“Levante su vaso para celebrar a los héroes detrás de cada deliciosa fermentación. Salud y feliz Día Internacional de la Cerveza!”, señala el sitio.
La cerveza es una bebida cuya historia y origen se remonta a muchos años. Se cree que apareció en la Mesopotamia egipcia hace más de siete mil años. Existe evidencia en una tablilla sumeria que presenta a varias personas que toman cerveza de un mismo recipiente.
“La celebración llamó tanto la atención que actualmente se extiende por 207 ciudades, 50 países y 6 continentes. Y todo se debe a la pasión cervecera tanto de sus creadores, como de los que amamos a la cerveza”, se señala.
Descubrimiento accidental
Al igual que con muchos otros inventos de la humanidad, fue un descubrimiento accidental, que se reveló al ser sumergido un pan en el agua, lo cual provocó la fermentación.
Aparecieron por el camino nuevas recetas que incluían miel y jengibre, así como el azafrán o comino para modificar el sabor, y de este modo, los métodos de fabricación de la cerveza llegaron a los griegos y finalmente a todo el mundo.
Los alemanes están convencidos que su cerveza es la mejor. Es porque hace más de 500 años desde que el Duque de Baviera introdujo la "Reinheitsgebot" o la ley de pureza de la cerveza alemana, un conjunto de reglas estrictas que controlan los ingredientes que pueden usarse para fabricarla.
Es asíì como los amantes de la cerveza en Alemania celebran en distintos eventos el aniversario de la famosa ley. Y hasta se lleva a cabo un tradicional brindis obligatorio con cerveceros del pueblo bávaro de Ingolstadt.
En el continente americano, la primera fábrica de cerveza se construyó en México, de acuerdo con información proporcionada por la Secretaría de Economía (SE).
Fue hasta 1542 que el rey Carlos V autorizó que en la Nueva España se pudiera elaborar cerveza y en 1544 se abrió la primera fábrica llamada “Brazería”, ubicada en Amecameca dentro de la hacienda El Portal.
La rubia argenta
Nuestro país era más vinero en años anteriores, pero el trasvasamiento generacional alcohólico derivó en la rubia y espumante bebida, creando un negocio que moviliza más de 1.300 millones de dólares anuales.
La primera fábrica de cerveza argentina se originó en 1738: durante finales del siglo XVIII e inicios del XIX surgieron pequeñas cervecerías.
Hacia 1888 se fundó la cervecería y maltería Quilmes, y actualmente existen tres en total que se reparten el mercado: Antares, Quilmes y Patagonia.
Se utilizan como insumos cuatro ingredientes: cebada, levadura, lúpulo y agua, si bien la cebada puede ser sustituida por trigo, maíz, arroz o centeno. Al año se siembran más de 1 millón de hectáreas de estos granos. Se producen más de 300 mil toneladas de lúpulo y unas 797 mil de malta.