La Cámara Empresaria de Conservadores de Ascensores y Afines (CECAF) volvió a advertir hoy sobre la importancia de realizar los trabajos de mantenimiento en edificios y ascensores, que en el último tiempo se vieron alterados por la pandemia de Covid-19 y la situación económica.

A propósito de la tragedia ocurrida en el edificio de Miami, donde no se habrían concretado las tareas de mantenimiento adecuadas por la antigüedad, desde la CECAF alertaron que aquí "los trabajos de reparación o modernización de los ascensores y montacargas, y la normal actividad de inspecciones y arreglos han bajado notoriamente por muchos consorcistas y empresas, debido a la situación económica y la pandemia de coronavirus".

En la ciudad de Buenos Aires existen más de 80 mil aparatos registrados, con una antigüedad promedio estimada en 60 años, lo que incrementa la necesidad de no postergar reparaciones o modernizaciones para evitar que caigan en la obsolescencia.

"Desde la CECAF pedimos la adecuación por ascensores muy viejos, y que esos equipos siguen funcionando, y cuando pedimos modernizar te cambian por otra empresa con menos ética que no le importa el estado del equipo", aseguró Guillermo López, presidente de la entidad. Y agregó: "Todo esto ocurre porque el consorcio no quiere gastar en equipos modernos y más seguros".

"Se hacen millones de viajes por día y por eso es necesario que vecinos y administradores tomen conciencia de la situación, porque los siniestros pueden ocurrir en forma impensada y luego es tarde para lamentarse, como ocurre en Miami", afirmó López.

Causas posibles

En ese sentido explicó que los inconvenientes ocurren por tres causas principales: la falta de mantenimiento, la falla de materiales por envejecimiento o roturas, y el uso inadecuado por parte de los usuarios.

En la ciudad de Buenos Aires existen normativas en el Código de Edificación más diversas reglamentaciones sobre especificaciones técnicas y de conservación de los medios mecánicos de elevación.

"Esas normas establecen requisitos de acreditación, de conservación y de periodicidad de las inspecciones, pero en situaciones anormales, como de profunda crisis económica o de pandemia algunas de estas cuestiones dejan de ser prioritarias porque la gente no toma conciencia del peligro que representa subir a un ascensor con puertas deterioradas o equipos obsoletos", explicó López.

Al respecto, ejemplificó que "usar un ascensor, que puede subir 10, 20 o 30 pisos, sin que tenga las revisiones y actualizaciones pertinentes de rutina, es como subir a un colectivo o tren al que no se le revisan los frenos o no se le cambian las ruedas en 5 años".

La Cámara solicita a los usuarios verificar el Código QR que debe estar colocado en forma obligatoria en una de las paredes del ascensor, ya que eso permite "acceder a los datos de conservador, el estado de su matrícula y el resultado de las inspecciones y revisiones".