A nueve años del “Ni una Menos”, la Legislatura de la Ciudad inauguró la muestra “Tatuajes Sanadores” de la Fundación Mandinga Tatoo, que exhibe imágenes de mujeres que sufrieron lesiones violentas en su cuerpo y fueron tapadas con el arte de los tatuajes.

La Casa Parlamentaria abrió sus puertas para exponer en el Hall de la planta baja una colección de imágenes que reflejan cómo el arte del tatuaje pudo generar un cambio de vida en víctimas de violencia de género gracias a los tatuajes realizados por el equipo de Mandinga Tattoo, que lograron tapar cirugías, quemaduras y otras marcas en la piel.

Los vecinos podrán visitar la galería de fotos hasta el viernes 7 de junio a las 19.

A nueve años del "Ni una Menos", la Legislatura porteña inauguró la muestra “Tatuajes Sanadores” junto a Manginga Tattoo

El vicepresidente primero de la Legislatura, Matías López, encabezó la inauguración de la muestra, junto a Diego Startopoli, director de la Fundación Mandinga. Durante el evento López elogió “el trabajo que la Fundación Mandinga Tattoo viene haciendo hace muchos años de acompañar a las mujeres en estos procesos de violencia”. Además, explicó que “busca convertir el horror y el dolor en arte” para “sanar de alguna manera el alma”. 

Startopoli explicó que “cuando llegan a Mandinga, lo primero que les pregunto es ‘¿estás dispuesta a que te cambiemos la vida?’. Esos tatuajes yo los bauticé como ‘Tatuajes Sanadores’ porque sin duda son tatuajes que sanan el alma. Estamos siempre dispuestos y con las puertas abiertas para que al menos podamos cambiar un poquito la vida de esa mujer que nos tocó intervenir”.

Por otro lado, la diputada María Sol Méndez, presidenta de la Comisión de Mujeres, Género y Diversidad, expresó su felicidad porque la muestra recuerda la primera marcha del 3 de junio de 2015 y reflexionó que el "femicidio de Chiara Páez, una adolescente de 14 años que estaba embarazada, nos interpeló a todas”.

El testimonio de Yanina Maidana

Cuando tenía 23 años, Yanina Maidana sufrió quemaduras en el 40% de su cuerpo, tras ser víctima de violencia por parte de su pareja en 2010. “Lo conocí por otra chica que también estaba internada junto conmigo”, relató Yanina y manifestó: “Antes no me miraba, andaba con remera manga larga en mi propia casa y cuando Diego me hizo este tatuaje me cambió la vida de verdad. Hasta la seguridad de poder estar hablando”.