Dos años se cumplen de la desaparición de Lucas Escalante y del crimen de Lautaro Morello, los jóvenes que fueron vistos por última vez el 9 de diciembre de 2022 en Florencio Varela cuando salieron a festejar un partido de la Selección argentina en el Mundial de Qatar.

El caso que todavía conmueve a la provincia de Buenos Aires llegará en pocos meses a juicio oral donde seis imputados se sentarán en el banquillo de los acusados por la desaparición de Escalante y el asesinato de Morello, quien fue hallado seis días después.

Entre los imputados está el ex comisario Francisco Centurión, su hijo y su sobrino, junto con tres policías, todos acusados por el delito de homicidio doblemente agravado por alevosía y ensañamiento, privación ilegítima de la libertad y encubrimiento.

Se espera que el debate oral comience en marzo de 2025 en el Tribunal Oral Criminal N° 2 en el que los primos Cristian y Maximiliano Centurión llegan señalados por ambos homicidios.

El comisario mayor por participar en el encubrimiento de los crímenes y permitir que Morello y Escalante sean secuestrados.

Centurión fue desplazado de su cargo en la Policía bonaerense.
Fotografía: Agencia Noticias Argentinas / redes

Luego, otros tres policías, Luis Zaracho, Sergio Enrique Argañaraz y Ramiro Yair Forchinito, por encubrimiento agravado, señalados por haber ayudado a Francisco Centurión.

El fiscal Daniel Ichazo detalló Cristian y Maximiliano “estrangularon y propinaron golpes a Lautaro Morello con claras intenciones de darle muerte, provocándole múltiples heridas en el cráneo y mandíbula, y finalmente causando su óbito por estrangulamiento”. Luego, intentaron deshacerse del cuerpo, quemándolo en una zona rural.

Además, en el escrito del fiscal se detalla que Escalante estuvo retenido contra su voluntad en la casa de Centurión y era vigilado por el ex comisario. Poco tiempo después, según se expresa, también habría sido asesinado. Dos años después el cuerpo sigue sin aparecer.

Mientras que Morello fue encontrado seis días después en un descampado cercano a la autopista Buen Ayre. La autopsia reveló que murió por asfixia y que durante su secuestro fue torturado: tenía un dedo cortado y múltiples fracturas.