"Tuve que mantener una relación forzada para que no me robara”: la escalofriante denuncia de Felicitas
Tiene 36 años y cuenta que durante ocho meses vivó una relación en la que fue violentada y humillada. Lo publicó y se dio cuenta que no era la única víctima.
Una mujer de 36 años, llamada Felicitas Barboza, sufrió por más de ocho meses violencia de género por parte de su ex pareja, la cual ya conocía hace seis años. En diálogo con la Agencia Noticias Argentinas, la denunciante relató como sucedieron los hechos.
Ellos comenzaron a salir en abril del año pasado, en la provincia de Corrientes, cuando le pidió a ella que lo ayudara porque no tenía casa, ni trabajo, ni familia y tampoco amigos. Además, le suplicó poder vivir con ella porque no tenía donde quedarse
Felicitas lo ayuda y comienza a hacerse cargo de todos los gastos, y en ese contexto empezó a vivir con su ex pareja. Al principio comenzaron a llevarse medianamente bien, había peleas pero eran normales.
Además, al tiempo, él consiguió un trabajo en Puerto Tirol Chaco, que queda acá un poco más lejos de Resistencia.
Luego, la supuesta víctima comentó: “Él necesitaba un vehículo en el que ir a trabajar. Me pide que le saque una moto, como él no tenía recibo de sueldo, no se lo podía andar, entonces saco yo una moto a nombre de él”. Aunque de las futuras deudas me hice cargo yo y luego queda a mi nombre”.
“A partir de ahí empieza todo el ciclo de la violencia, porque se da cuenta que me podía tener agarrada con esa deuda donde él no me pagaba”. Dijo, Barboza.
Asimismo, detalló: “Si yo le hacía un berrinche por algo o le cuestionaba o le preguntaba, porque el tipo se perdía, le preguntaba dónde estaba o le hacía alguna escena, él se enojaba y me decía que se iba a ir con la moto. Tampoco me quería dar los papeles, así que me tuvo amenazada mucho tiempo y tuve que negociar un montón de veces”.
“Tuve que fingir una relación todo este tiempo. Me tuve que aguantar un montón de situaciones de violencia que fueron aumentando, donde empezó con insultos, golpes a la puerta, pateaba muebles, y también me empezó a empujar. Hasta que en diciembre, nos separamos”. Mencionó la mujer.
En tanto, la correntina añadió: “Él se queda a vivir en Resistencia, yo me quedo a vivir en mi casa. Igual él cada tanto venía porque estaba trabajando de chófer, entonces por ahí necesitaba bañarse, tomar agua, venir a comer. Yo decidí no hacer quilombo, porque no quería que se enoje y no me de la plata de la moto”.
“En su momento, cuando nos separamos, me dijo que iba a empezar a hacer su vida y a conocer gente. Entonces yo comienzo a conocer a alguien, él se entera y ahí es donde estalla todo”, agregó Barboza.
“Un día vino a mi casa y entró para querer revisarme el teléfono, como yo no le di la clave, me ahorcó. Primero pensé que era como para asustarme, hasta que me inmovilizó y me empezó a faltar el aire. Ahí me doy cuenta que en realidad no era para asustarme, que realmente estaba desquiciado y que me podía pasar cualquier cosa”, declaró entre lágrimas.
Cabe destacar que, la mujer relató: “Me acuerdo que empecé a gritar, no sé cuántos segundos, porque fue una cuestión de segundos, me tuvo así, inmovilizada. Creo que se asustó de que la vecina no escuche mis gritos y me terminó largando por eso. Yo pensé que era mi culpa por salir con alguien nuevo, aparte él me decía que yo lo provocaba. Lo justifique mucho tiempo”
“Aunque luego de unos días, él termina confirmando una relación con una chica con la que yo pensaba que era la novia. Y entonces ahí me doy cuenta que él trató de matarme porque yo armé mi vida, pero no es que estaba sobrepasado por ningún problema ni nada”, confirmó Barboza.
“Luego de mucho miedo e incertidumbre por que me pase lo mismo, decidí denunciarlo y, a partir de ahí empezaron a surgir cosas nuevas ya que me entero de una relación en paralelo conmigo. La otra chica se contacta conmigo y me dice que también se iba a animar a denunciar por violencia de género”.
Por último, concluyó: “Después de que esto lo haga viral por mis redes sociales, muchas chicas con las que el estuvo, en paralelo conmigo y a quienes traía a mi casa a tener relaciones sexuales cuando yo me iba a trabajar, se pusieron en contacto conmigo para contarme sus casos de abuso y violencia, cuando alguna se oponía al acto sexual”.