Hay momentos en la vida que nos marcan tan profundamente que jamás es posible olvidarlos. Recuerdo perfectamente aquel día de 1982 en que la flota de mar navegaba gallarda con las unidades de escolta protegiendo al Portaviones ARA 25 de Mayo, al buque de abastecimiento y al buque de desembarco ARA San Antonio.

El comandante del destructor ARA Seguí, del cual era yo jefe de Armamento, nos reunió en la cubierta y con gesto adusto sacó de un sobre una orden y nos comunicó formalmente que estábamos navegando en una operación real para recuperar las Islas Malvinas.

Es difícil trasmitir en palabras la emoción que me embargaba en un sentimiento compartido por las 300 almas que tripulaban nuestra antigua unidad de combate.

Muchos años han pasado, muchas anécdotas buenas y malas se sucedieron en los más de 70 días que duró el conflicto, pero ese momento mágico y único en que disfrutamos saber que el destino nos había elegido para protagonizar la gesta que tantas generaciones habían esperado vanamente quedará grabado por siempre con caracteres indelebles para todos los que lo vivimos.

Nuestras Fuerzas Armadas pelearon con valor. Tuvimos en jaque a la tercera potencia del mundo apoyada por la primera y por toda la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN). Le causamos a la flota inglesa más hundimientos que todos los que había sufrido desde la segunda guerra mundial. Pero no alcanzó y a pesar del reconocimiento internacional a la bravura y la capacidad de nuestros combatientes, una maquinaria de críticas y desprestigio se ocupó de desvalorizar la gloriosa gesta, de esconder a nuestros bravos veteranos y de "desmalvinizar" a nuestra sociedad.

Grandeza y soberanía

Próximos a llegar a los 40 años de aquellos hechos los veteranos de Malvinas hemos logrado que la verdad empiece a vislumbrarse y desde distintos campos tratamos de seguir trabajando y luchando por la grandeza y la soberanía de nuestro querida Patria.

En mi caso, luego de retirarme decidí emplear mi tiempo y los conocimientos dirigenciales y académicos que me había brindado la Armada para incursionar en la arena política. Así participé de la creación de un partido político de centro derecha denominado Nueva Unión Ciudadana y de un espacio de coordinación de partidos afines que dimos en llamar Encender (Encuentro de centro derecha).

Luego de años de duro trabajo y esfuerzo, de sufrir traiciones y de aprender con dolor que en la política no se valora la ética, ni el honor, ni la verdad, al fin logramos alcanzar la oportunidad de poder presentar una lista de diputados nacionales en el distrito más complejo del país, la provincia de Buenos Aires.

Lo hicimos amparándonos en una profunda fe en Dios y sin resignar principios y valores, aunque eso supone una tremenda desventaja frente a rivales que persiguen el triunfo a cualquier costo y cualquier precio.

Traemos en nuestra propuesta la defensa de la vida desde la concepción, la prioridad de la protección del ciudadano que cumple la ley sobre los que eligen violarla y delinquir y la voluntad de cambiar la cultura del asistencialismo por la cultura del trabajo con planes dirigidos a los jóvenes que ni estudian ni trabajan y la realización de cursos de capacitación masivos para reinsertar a los beneficiaros de planes en el mercado laboral.

Aprendimos duramente en la guerra la importancia de estar bien preparados, bien capacitados y de mantenernos unidos y solidarios en cada circunstancia.

Sabemos que la corrupción arruina y mata y estamos dispuestos a luchar contra ella como lo hicimos con nuestros enemigos en el campo de batalla. Queremos devolver la dignidad a nuestros ancianos que nos marcaron el camino y que hoy han sido olvidados y postergados como lo hicieron con nosotros.

Y queremos que nuestros hijos tengan la posibilidad de estudiar, crear e investigar para que nunca más tengan que irse de su patria a buscar mejores horizontes ya que les devolveremos el orgullo de ser argentinos.

Tenemos mucho para dar desde el Congreso y desde todos los ámbitos de la sociedad porque no somos solo los veteranos que peleamos en Malvinas sino que representamos a millones de argentinos que recogieron los ejemplos de valor, honor y sacrificio, los hicieron propios y hoy están dispuestos a construir un nuevo futuro.

Por eso integramos el Frente Unión por el Futuro y desde nuestra transparente e incorruptible línea Blanca nos ponemos a disposición de quienes están hartos de frustraciones y quieren una nueva alternativa, Aquí estamos. No nos dejen solos.

(Juan Carlos Neves es veterano de Malvinas y primer precandidato a diputado nacional del Frente Unión por el Futuro, Lista 505, Línea Blanca).