Es importante que las últimas iniciativas en torno a cuestiones fiscales impulsadas por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y en
las que trabajamos intensamente desde el Frente Renovador y el conjunto del bloque del Frente de Todos, sean percibidas como un conjunto de medidas que persiguen un mismo objetivo: aliviar el bolsillo de trabajadores y trabajadoras.

Se trata de una tarea que en algunos casos requería mejorar la legislación y, en otros, adecuaciones del ejecutivo. No importa si se trata de personas asalariadas o independientes. En definitiva, y en todos los casos, se persigue que las mejoras en los ingresos no se evaporen rápidamente cuando son alcanzadas por el impuesto a las ganancias, en un caso, o por saltos de escalas en el régimen de autónomos o de monotributistas, entre otros.

Este alivio al bolsillo contribuye, concretamente, a mejorar la calidad de vida de las personas alcanzadas. Una mejora no menor, si consideramos que sumando las adecuaciones en ganancias y las correcciones para monotributistas y autónomos, se benefician más de cinco millones de personas.

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Además, y no menos importante, es el efecto positivo para dinamizar y mejorar la economía, favoreciendo el consumo interno, la actividad de las PyMES y de los emprendedores y emprendedoras. Y, por otro lado, un aspecto conceptual clave: dejar en claro que el salario no es ganancia.

En concreto, y sin pretender profundizar en cuestiones técnicas en este espacio, nos interesa reflejar el verdadero alcance de las iniciativas comprendidas en este concepto de alivio fiscal:

A) Sobre los monotributistas. Desde enero de este año los registrados en las escalas más altas pueden facturar hasta 273 mil pesos por mes cuando se trate de prestación de servicios (categoría H), mientras que los pequeños contribuyentes dedicados a la venta de "cosas muebles" pueden facturar hasta 388.500 pesos por mes (categoría K). El proyecto de ley propone subir esos topes el 29,1% desde el primero de julio de este año, con más de 4,5 millones de personas beneficiadas.

B) Sobre los autónomos. En este caso, el alivio propuesto llegaría por el aumento en la deducción especial que la ley de impuesto a las ganancias permite hacer a estas personas antes de liquidar el impuesto que les corresponde. Así, se duplicaría la deducción especial, estableciéndose en dos veces la ganancia no imponible (actualmente es de una vez), pasando de 505 mil pesos a 757 mil pesos al año. Además, la deducción especial para "nuevos
profesionales" se incrementa 2,5 veces (hoy es de 1,5 veces). Achicar la brecha de "deducción especial" entre el empleado y el autónomo y, a la vez, compensar a este último con el beneficio otorgado a la persona en relación de dependencia al subir el piso de ganancias significa más de 170 mil personas beneficiadas.

C) Sobre Ganancias. El pedido realizado por Sergio Massa al ministro de Economía, Martín Guzmán, que finalmente se hizo efectivo, fue la actualización del mínimo no imponible para los trabajadores en relación de dependencia, estableciéndolo en 280 mil pesos, con más de 600 mil personas beneficiadas.

Un impacto dinamizador.

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Cuando advertimos que el alivio alcanzado con estas medidas beneficia a más de cinco millones de personas es que notamos el verdadero efecto en las posibilidades de consumo y mejora de los ingresos en un sector muy significativo de la sociedad. Además, aunque suene reiterativo, es importante dejar en claro que bajo ningún concepto el salario debe ser considerado como ganancia.

Cuando se pone la mirada sobre la actividad del Congreso y, puntualmente, sobre el resultado que dicha actividad tiene en la vida cotidiana de los argentinos y argentinas, en sectores económicos como las PyMEs y emprendimientos familiares, debemos reparar, no en algunas medidas aisladas que igualmente pueden ser muy relevantes, sino también en una mirada global. Y contrastar dichas iniciativas con los objetivos alcanzados.

Poder avanzar con estos proyectos y la posibilidad cierta de convertirlos en ley y, fundamentalmente, verificar su impacto en la vida cotidiana, provoca la satisfacción de una tarea legislativa que modifica la vida de las personas. Y, debo decirlo, es corroborar como se convierte en realidad un histórico anhelo de quienes abrevamos políticamente en el Frente Renovador, que ha tenido siempre entre sus objetivos estimular y favorecer las condiciones de la clase trabajadora argentina.

(*) - Mónica Litza es diputada nacional del Frente Renovador en el Frente de Todos.