El juez Juan María Ramos Padilla se defendió ante la Comisión de Disciplina del Consejo de la Magistratura que lo acusa por sus críticas públicas al funcionamiento del Poder Judicial y, especialmente, a la Corte Suprema.

La libertad de expresión, de disentir y de denunciar públicamente lo que se considera una injusticia o un mal desempeño, constituyen derechos privilegiados y rectores de nuestro sistema de derechos, estemos de acuerdo o no con las críticas que se formulan y por más que esas críticas apunten fundamentalmente a la Corte Suprema y al modo en que se conformó ese Consejo de la Magistratura”, expresó.

Mediante un escrito firmado por su abogado defensor, el juez federal de La Plata Alejo Ramos Padilla –su hijo- el magistrado reivindicó: “Que los jueces expresen frente a la ciudadanía sus opiniones y críticas acerca del funcionamiento del Poder Judicial en aras de alcanzar una mayor democratización del sistema de administración de justicia –que, sin duda, sufre una crisis de legitimidad–, nunca puede constituir una falta disciplinaria”.

El documento subrayó que “no se denuncia la comisión de un delito, ni está en duda la actividad jurisdiccional, la imparcialidad o la honestidad del magistrado denunciado. Lo que se analiza en el marco de estas actuaciones son las críticas y las manifestaciones públicas de un juez que siempre ha sido crítico del funcionamiento del Poder Judicial”.

Se lo denuncia por haber formulado críticas sobre el funcionamiento del Poder Judicial, de este Consejo de la Magistratura y, en especial, de la Corte Suprema, en diversos ámbitos públicos y, en particular, en las manifestaciones públicas realizadas frente al Palacio de Tribunales en febrero de 2022”, insistió la defensa.

El escrito reconoce que las posturas de Ramos Padilla padre “le valieron desde hace décadas el apodo y el mote de ‘juez polémico’ y la enemistad de muchos miembros de la corporación judicial que no les gusta que se hable públicamente y en lenguaje sencillo y accesible sobre el mal funcionamiento”.

“No hay en Juan Ramos Padilla un oportunismo político, ni coyuntural, mucho menos la realización de actos de proselitismo (como se alega en las denuncias), sino que lo que se observa es la actuación coherente de un hombre vinculado al Derecho que siempre ha sido crítico del Poder Judicial y que mantiene sus ideas y convicciones”, insistió el documento.

La defensa citó incluso jurisprudencia de la propia Corte Suprema: “El derecho a la libertad de expresión no se agota en el reconocimiento teórico del derecho a hablar o escribir, sino que comprende además, inseparablemente, el derecho a utilizar cualquier medio apropiado para difundir el pensamiento y hacerlo llegar al mayor número de destinatarios”.

La Comisión de Disciplina sólo puede aplicar sanciones administrativas o pecuniarias, pero no enviar per sé a un juez a juicio político como paso previo a su destitución.