Las recientes tensiones desatadas en el área de Economía, que generaron magulladuras aún visibles en el seno de la coalición de Gobierno a pesar del paso de los días, forzaron una vez más a funcionarios de la Casa Rosada a salir a dar explicaciones sobre la dinámica de la gestión del Frente de Todos (FdT) en el Poder.

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, insistió en las últimas horas en que no existen "internas" dentro del oficialismo y que se trató de una discusión de "sintonía fina" el debate en torno del aumento de tarifas que enfrentó al titular del Palacio de Hacienda, Martín Guzmán, con el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo.

A propósito, con el respaldo del kirchnerismo más duro, en especial de la agrupación La Cámpora, a la que pertenece, Basualdo se mantiene aferrado al cargo, luce dispuesto a resistir y esta semana hasta se mostró en un acto oficial en el sindicato de Luz y Fuerza, en su reaparición pública tras la disputa con Guzmán.

No es la primera vez, y probablemente no sea la última, que la gestión que lidera Alberto Fernández se ve sacudida por fricciones que se producen en el seno del Gobierno y cuya erupción ponen en duda que en efecto exista un plan, un acuerdo consensuado sobre el rumbo hacia el que avanza la administración del FdT.

En esta reciente pulseada por la suba de tarifas -de energía eléctrica- quedaron en evidencia diferencias internas no menores por cierto, ya que aumentar o no aumentar supone llevar adelante, lisa y llanamente, estrategias diametralmente opuestas en medio de un contexto inflacionario preocupante.

En este sentido, está previsto que el próximo jueves se conozca el dato oficial sobre la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a abril pasado, que según estimaciones privadas se ubicaría en torno del 4% -o incluso un peldaño más alto-, después del 4,8% registrado en marzo.

Las dificultades del Gobierno para contener la inflación -en la Casa Rosada insisten en responsabilizar a los "formadores de precios" por el persistente incremento del costo de vida en el país- han puesto prácticamente en jaque mate las previsiones de Guzmán de cerrar 2021 con un aumento interanual del 29%.

De cualquier modo, el ministro de Economía recibió en las últimas horas un mimo significativo de parte de Fernández: "Hizo un enorme trabajo en ordenar deuda", destacó el presidente, en medio del revuelo por el "affaire Basualdo" y antes de que ambos emprendan una gira crucial por Europa.

Fernández y Guzmán se entrevistarán con autoridades de España, Portugal, Francia e Italia en busca de sumar apoyo en el marco de las negociaciones que lleva adelante la Argentina por su deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y con el Club de París, en tanto también está previsto que se reúnan con el papa Francisco en El Vaticano.

Horas antes del viaje, Fernández anunció una ampliación de la asistencia social que brinda el Estado nacional a los sectores más vulnerables de la sociedad y Guzmán, en tono desafiante hacia el kirchnerismo, cuestionó el sistema de subsidios energéticos que existe en la Argentina y lo tildó de "pro-rico".


"Nosotros también debemos ser autocríticos al respecto", dijo el funcionario, y remarcó: "En un país con un 57% de pobreza infantil, estamos gastando en subsidiar el consumo de luz y de gas en una parte de nuestra población que hoy no es prioritario que reciba esos subsidios", dado que se trata de "barrios en donde vive gente de altos ingresos".

Guzmán se expresó en estos términos en el epílogo de una semana compleja -para él-, en medio de presiones del kirchnerismo duro para que los fondos que ingresarán al país en agosto próximo en concepto de Derechos Especiales de Giro del FMI sean utilizados para financiar políticas de asistencia social con motivo de la pandemia de coronavirus.

Asimismo, horas después de que el referente de La Cámpora y funcionario bonaerense Andrés "Cuervo" Larroque pidiera el regreso del IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado emitió dictamen de mayoría al proyecto de declaración de Oscar Parrilli que busca "marcarle la cancha" al Ministerio de Economía.

La iniciativa del ultra-kirchnerista Parrilli solicita que ese dinero que recibirá la Argentina de parte del Fondo -se estima que serán entre 4.300 y 4.500 millones de dólares- sea destinado a políticas sanitarias, con transferencias directas como el IFE, y "no al pago de la deuda por capital, intereses o gastos" que el país mantiene con el FMI y/o con otras naciones englobadas en el Club de París.

Parrilli es una de las principales espadas con las que cuenta en la Cámara alta la vicepresidenta Cristina Fernández de Kichner, que a partir del viaje del jefe de Estado a Europa volverá a encabezar el Poder Ejecutivo nacional, hasta el regreso a la comitiva oficial el próximo viernes 14 de mayo.

Las tensiones viscerales con las que convive el oficialismo prácticamente desde la misma asunción de Fernández en diciembre de 2019 generan que el Gobierno deba transitar por un proceso de permanente reconstrucción interna, mientras distintos voceros de la Casa Rosada se esfuerzan por explicar ante la opinión pública que, más allá de la existencia de "distintas miradas", el FdT persigue un objetivo en común y consensuado desde Balcarce 50.

"Dime de qué presumes y te diré de qué careces", sostiene un popular refrán que analistas políticos refrendaron en las últimas horas tras la jactanciosa "foto de la unidad" de hace unos días en el distrito bonaerense de Ensenada, con Fernández, Cristina, Sergio Massa y Axel Kicillof juntos en el escenario.

En este sentido, un funcionario de Kicillof, su ministro de Desarrollo de la Comunidad, Larroque, y un delfín de Cristina en el Senado, Parrilli, junto a otros legisladores kirchneristas, son los que intentan condicionar las decisiones del equipo económico de Fernández, liderado por Guzmán.

Una cucarda para el Gobierno de última hora, en tanto, fue el acuerdo con la oposición para postergar un mes las elecciones de medio término de este año con motivo de la pandemia de Covid-19: un trato que permitirá, además de prolongar la campaña, extender el plazo para que la Casa Rosada consiga -más- vacunas e intente mitigar el impacto de la crisis inflacionaria en el país.