A la espera de nuevas incorporaciones en el Gabinete, el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Béliz, hombre del entorno de Alberto Fernández, presentó hoy su renuncia al cargo

Fungía como colaborador cercano al Presidente, y de hecho ocupaba uno de los despachos más próximos al del mandatario en la Casa Rosada. No obstante, en los últimos tiempos había perdido terreno como hombre de consulta, fue alejado de la mesa chica donde se toman las grandes decisiones de Gobierno, y como consecuencia su rol se fue desdibujando. 

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El ex secretario de Asuntos Estratégicos abandonó la Casa Rosada pasadas las 14:30, solo, sin dar declaraciones. Fuentes oficiales confirmaron a NA que se trata de una decisión indeclinable, y que fue aceptada por Alberto Fernández.

En su lacónica carta de renuncia, de apenas una línea, el funcionario no agradeció e incorporó una referencia religiosa: “Dios los guarde”.

Siempre cultivando un bajo perfil, alejado de los flashes y de las entrevistas televisivas, Béliz ejerció en sus dos primeros años de gestión una influencia transversal en todo el Gobierno. Sin embargo, ese poder se fue eclipsando con el paso del tiempo y su esfera de acción quedó acotada al Consejo Económico y Social y las negociaciones con organismos internacionales.

Por eso, el funcionario quedó sumamente debilitado cuando el presidente del BID, Maurcio Claver-Carone, un republicano norteamericano, publicó una carta en la que sostenía que Argentina no tenía condiciones para el otorgamiento de un crédito que el país ya tenía preaprobado. 

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La baja de las acciones de Béliz coincide con el ascenso de Massa, quien está a punto de asumir un rol ministerial de suma gravitación en el Gabinete reestructurado. Esa sería otra de las razones que dispararon la eyección del también ex funcionario de Carlos Menem y de los inicios del kirchnerismo. Cristina Kirchner, en cambio, nunca lo digirió.

Massa y Béliz siempre compitieron puertas adentro del Gobierno por la interlocución con el Gobierno de Estados Unidos, el establishment norteamericano en general, y los organismos internacionales.

Con la inminente coronación de Massa, la caída en desgracia de Béliz iba a ser evidente. Por eso, adelantó la presentación de su renuncia.

Además de dedicarse a cultivar en las sombras las relaciones internacionales con gobiernos y organismos del primer mundo, Béliz estaba a cargo del Consejo Económico y Social, institución de diálogo multisectorial que nunca pudo dar un salto de calidad ni cumplió con su propósito de acordar acciones de largo plazo.