A casi un mes de la violenta toma de la sede del sindicato de colectiveros de la UTA, la oposición a la actual conducción de Roberto Fernández regresó hoy a esa sede para entregar un petitorio en reclamo de su renuncia y la realización de "elecciones urgentes".

Luego de los violentos episodios del 16 de diciembre pasado, los sectores díscolos de la UTA, agrupados en las 50 líneas de colectivos de la empresa DOTA y liderados por el dirigente Miguel Bustinduy, regresaron al edificio del barrio porteño de Balvanera pero en esta oportunidad no se registraron incidentes.

En medio de la interna con Roberto Fernández, once delegados de líneas como la 550, la 257, la 91 y la 161 se presentaron por la tarde en la sede de la calle Moreno al 2900, que estuvo vallada desde el mediodía a modo de prevención, y cuatro de ellos lograron ingresar para entregar un documento.