El secretario adjunto de Camioneros y cogobernante de la CGT, Pablo Moyano, respaldó el desempeño de Sergio Massa. Según él, el titular del Palacio de Hacienda “está apretado por el desastre que dejó [Mauricio] Macri” y “le ha tocado una crisis económica”. Además, pese a llevar a cabo un programa ortodoxo sobre el Estado, destacó: “Escuchar, escucha; está muy preocupado por la realidad del país”.

El sindicalista, de todas formas, le marcó al Gobierno Nacional que es hora de una redistribución en pos de la clase trabajadora, que hoy afronta uno de los salarios promedio más bajos de la región. En ese sentido, puso como punto de partida la aprobación en el Congreso el Presupuesto de 2023. "Una vez logrado, seguramente empezará a distribuir parte de las ganancias: el dólar soja está bien, pero hay que empezar a distribuir para este lado", dijo.

En los últimos días, el camionero había amagado con dejar su cargo como triunviro de la CGT luego de no haber sido invitado a la cena que el presidente Alberto Fernández compartió con la "mesa chica" de la central obrera, con quienes arrastra diferencias de larga data. También arrojó palabras duras contra el empresariado al advertir que “el paro de neumáticos va a ser un poroto” en comparación con las próximas paritarias del gremio de Camioneros si no se cumple con el pedido de un aumento salarial por encima de la inflación. 

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En esta nueva ocasión, el hijo de Hugo Moyano volvió a intentar maquillar las internas sindicales y sus disputas con los otros dos conductores de la central obrera, Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de servicios), con un mensaje conciliador y con miras a las Elecciones del 2023. "Haremos todo lo posible para que el siguiente gobierno siga siendo peronista", destacó. 

El camionero, por otro lado, suavizó sus últimas críticas a Alberto Fernández, de quien sostuvo que "está haciendo todo lo posible y la está tratando de remar". Y, a modo de cierre, expresó que "si el otro tipo [por Macri] firmó, vos lo tenés que cumplir" pero que "por supuesto que a nadie le gusta cumplir con el Fondo Monetario Internacional (FMI), menos a un gobierno peronista".