Más allá de situaciones muy excepcionales que requieren un tratamiento de urgencia, ninguna de las dos cámaras del Congreso convoca a sesionar durante fines de semana. Por eso desconcertó tanto la atípica decisión del oficialismo, que tomó por sorpresa a propios y extraños, de impulsar una convocatoria a sesión para este sábado a las 11:30 para debatir los cambios en el impuesto a las Ganancias y las modificaciones en el régimen de monotributistas, entre otros temas.

Casi no hay precedentes de situaciones de este tipo: las últimas excepciones datan de uno de los períodos más tristemente extraordinarios que atravesó la democracia argentina como fue la crisis del 2001 y 2002.

En medio de un estado de ebullición del país por la gravedad de los conflictos sociales, económicos e institucionales, con presidentes efímeros que se iban sucediendo unos a otros en cuestión de días, el sábado 22 de diciembre juró como presidente de la Nación Adolfo Rodríguez Saá en el marco de una Asamblea legislativa que se inició a las 21:41 de la noche y se prolongó hasta las 9:56 del día siguiente. 

El sábado 5 de enero la Cámara de Diputados sesionó para derogar la ley de Convertibilidad, instrumento económico que agonizaba y que ese día recibió su sepultura. Al día siguiente, domingo 6 de enero, el Senado convirtió en ley el proyecto de Emergencia Pública y Reforma del Régimen Cambiario, el cual no solamente ponía fin a la paridad 1 a 1 entre el peso y el dólar, sino que además declaraba la emergencia económica, pesificaba las deudas del sistema financiero hasta 100.000 dólares y de tarjetas de crédito, y suspendía por tres meses los despidos.

Después de esas jornadas no hubieron más casos, más allá de las Asambleas Legislativas del 1 de marzo que coincidieron con un sábado o un domingo, o la reasunción presidencial de Cristina Kirchner el 10 de diciembre de 2011.

El sábado 24 de marzo de 2012, el entonces presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, convocó a una sesión pero no para votar leyes, sino para rendir un homenaje a los integrantes del tribunal que participaron del juicio a las Juntas Militares.