Senado: dudas y cuestionamientos a la figura del rabino de Milei, Axel Wahnish
Fue fuertemente interpelado por las senadoras kirchneristas Anabel Fernández Sagasti y Lucía Corpacci y por el presidente de la Unión Cívica Radical y senador, Martín Lousteau.
El rabino y candidato a embajador argentino en Israel, Axel Wahnish, expuso esta tarde en la Comisión de Acuerdos del Senado sus metas y objetivos a trazar en el eventual caso de que la Cámara alta apruebe su designación.
En ese contexto, Wahnish, rabino del presidente Javier Milei, fue cuestionado y bombardeado a preguntas por parte de opositores, entre ellos, las senadoras kirchneristas Anabel Fernández Sagasti y Lucía Corpacci y el presidente de la Unión Cívica Radical y senador, Martín Lousteau.
Lousteau y Fernández Sagasti cuestionaron a Wahnish por la decisión de Milei por trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, mientras que Corpacci le recordó al rabino que no será "embajador de Israel, sino de la Argentina en Israel”.
Antes las inquietudes de la cristinista y el líder del centenario partido, Wahnish respondió: “Toda decisión genera variables secundarias con impacto. El presidente cuando tomó esta decisión estuvo asesorado por expertos y tuvo en cuenta todos los impactos”.
En esa línea, continuó: “Tenemos que respetar la autodeterminación de los pueblos y de las naciones. El Estado de Israel decidió en 1980 que su capital está en Jerusalén. Entonces, yo entiendo que el presidente tomó esa decisión respetando el derecho del Estado de Israel de auto determinar su capital. Es una decisión tomada”.
“Obviamente, una decisión teórica necesita un brazo ejecutor y, entre el dicho y el hecho, hay que evaluar un montón de factores. La declaración de la voluntad es una decisión tomada y eso se ejecuta con paciencia, sabiduría y siendo humilde y escuchando a todos los actores involucrados para que esta mudanza, genere o reduzca al mínimo, los posibles impactos negativos y, multiplique y maximice, los impactos positivos”, sumó Wahnish.
En referencia a los atentados terroristas que sufrió la Argentina, y en el contexto de que una decisión así pondría al país de nuevo en el radar de estos grupos, reflexionó: “Con relación a los dos atentados tengo aquí una visión bastante firme: con el terrorismo no se negocia, no se dialoga. Si diera resultado lo haría. El tema es que no da resultado. Tomar una política de Estado en función de un capricho de un grupo terrorista sería premiar los actos de terror porque estamos enseñando que esos actos tienen efecto e incluyen en nuestras decisiones”.
“Los dos atentados no fueron atentados físicos, sino al corazón de la moral de toda la moral de la humanidad. Creo que nosotros no podemos ser títeres que elegimos nuestras decisiones en función del terrorismo. Al final, terminaríamos siendo sociedades manejadas por grupos terroristas. Nadie quiere poner en riesgo ninguna vida, ningún ataque”, cerró.
Por su parte, Lousteau interpeló a Wahnish por las consecuencias que podría traer la mudanza de la embajada a Jerusalén con la causa Malvinas. En esa línea, el rabino argumentó: "Nosotros no vamos no vamos a poner la embajada en territorios ocupados, vamos a poner la embajada en un territorio reconocido por la ONU. Los impactos que eso pueda tener sobre Malvinas es un tema muy importante y todo el cuerpo de Cancillería lo va a tener que evaluar y tomar todas las consideraciones necesarias para esta decisión no impacte".
Para cerrar la ronda de preguntas, Corpacci, a modo de advertencia, le dijo a Wahnish: “Es importante dejar en claro que usted va a ser embajador argentino en Israel. Argentino. Argentina es un territorio de paz, por lo tanto, cualquier decisión que tome, como planteó Lousteau o Fernández Sagasti, nos pone en situación de debilidad. Le vuelvo a repetir, usted no es embajador de Israel, es embajador argentino en Israel”.
Ante esto, el senador salteño Juan Carlos Romero defendió a Wahnish: “En el Gobierno anterior, tuvimos a un embajador en China que era más chino que argentino y nadie le anduvo preguntando. También tuvimos en la OEA a un embajador que tenía la camiseta puesta para defender las dictaduras latinoamericanas”.
“No podemos prejuzgar de que el señor no nos represente dignamente porque no hay motivos para pensarlo. Yo no he encontrado ningún gesto de abandono de la cuestión Malvinas ni de ampliar la conflictividad”, remató Romero.
Lousteau quería saber si la Cancillería tenía un dictamen jurídico con respecto a la mudanza de la embajada. El senador oficialista Francisco Paoltroni intervino y llamó a un funcionario del ministerio de Relaciones Exteriores. De esa manera, confirmó que aún no hay ningún dictamen al respecto.