Tras el aumento de casos, y la aparición de la nueva variante Ómicrom, el exministro de Salud Adolfo Rubinstein celebró la medida del pase sanitario, pero señaló como contradicción la convocatoria al masivo acto de Gobierno para el 10 de diciembre.

“No me sorprende este tipo de mensajes contradictorios. Si hay algo que ha sido recurrente en este Gobierno es la pésima comunicación política, y las contradicciones y ambigüedades que han sido moneda corriente durante toda la pandemia”, apuntó el radical en diálogo con Luis Majul para Radio Rivadavia, y agregó: “El pase sanitario ha sido una medida fuerte para desincentivar a aquellos grupos poblacionales, sobre todo los jóvenes, que son más reticentes a completar los esquemas de vacunación”.

En la misma línea, destacó la existencia de dos limitaciones a la hora de su implementación. Para Rubinstein no se trata de una medida que sea sustentable en el mediano y largo plazo, y, además, sostuvo que no se realizarán los controles correspondientes para el seguimiento de la disposición. 

"Me parece adecuado poner un pase sanitario, ahora el problema que tiene es que no es sustentable en el mediano y largo plazo. Y la segunda limitación es que es muy difícil de controlar. Estuve en la cancha hace tres días, y era una locura. No hubo ningún control en la entrada. Es una absoluta contradicción", declaró.

Asimismo, señaló que la Argentina vive la “parte más dura” de la curva de vacunación producto a segmento poblacional que, por hartazgo o baja situación de riesgo, se niegan a completar los esquemas de vacunación, y que los casos registrados corresponden a la variante Delta. También, sostuvo que el aumento en el número de contagios no se refleja en un incremento de ocupación de camas UTI ni en fallecimientos. 

Por último, llamó a la población a completar los esquemas de vacunación y a aplicarse las dosis de refuerzo dado que, al pasar el tiempo, la inmunidad de las primeras vacunas disminuye.