El jefe de Gabinete, Agustín Rossi, elevó la temperatura de la sesión informativa en la Cámara de Diputados, al recriminarle a la dirigencia de Juntos por el Cambio no haber sido más "contundente" en el repudio al atentado fallido contra la vicepresidenta Cristina Kirchner.

"El intento de magnicidio es un acto de violencia política que hubiese merecido una respuesta más contundente de la totalidad de la dirigencia política", afirmó, desatando la reacción airada de la oposición.

Uno de los que más protestó desde su banca fue el diputado del PRO Hernán Lombardi, a quien Rossi se refirió directamente.

"Hernán, todavía estamos esperando la condena de la presidenta de tu partido", sostuvo en referencia a Patricia Bullrich.

La respuesta al diputado macrista no logró aplacar los gritos de la bancada opositora, acusando a Rossi de faltar a la verdad.

"No miento", afirmó una y otra vez el santafesino, que comparó la actitud de solidaridad que tuvo el peronismo con Raúl Alfonsín en 1987 cuando condenó el levantamiento carapintada.

"Quizá la página más dramática de estos años fue el intento carapintada de golpe, en Semana Santa del 87. El peronismo entonces estuvo al lado del presidente Alfonsín, en una actitud inequívoca, sin peros ni dobleces. Antonio Cafiero acompañó al presidente Alfonsín en la condena de esos hechos, y eso significó que las posteriores asonadas tuviesen siempre menor volumen", evocó.

En ese sentido, Rossi consideró que la respuesta opositora al intento de magnicidio a Cristina Kirchner "debería haber sido más contundente".

En este marco, alertó sobre el crecimiento de "los discursos de odio" que constituyen "los cimientos de una ultraderecha violenta extremista".

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"Lo que sucedió con Cristina no es producto de la casualidad, si uno se queda solo con eso, se equivoca. Para que haya existido alguien que le haya puesto el revólver en la cabeza, existió una campaña de discursos del odio", aseguró.

Para el jefe de Gabinete, "en 2008, con el conflicto agropecuario, empezó la violencia política en Argentina", recordando que fue la primera vez que apareció "un cartel que decía ‘yegua’ refiriéndose a Cristina" Kirchner.

"Los discursos del odio reconocen previamente una acción sistemática del sistema de medios de comunicación, deslegitimando, estigmatizando determinadas políticas, determinados espacios políticos y determinados dirigentes políticos en la Argentina", analizó. 

Según dijo, "el intento de magnicidio a Cristina tiene que ver con los discursos del odio, la estigmatización de los medios de comunicación y con la existencia de un partido judicial en la Argentina que utiliza el lawfare como práctica política en nuestro país".

"Y no voy a extenderme mucho más porque basta con la foto de Lago Escondido, donde están todos juntitos, pusieron las manos, dejaron las huellas digitales", agregó.

"La democracia argentina tiene que condenar más contundentemente ese intento de magnicidio", finalizó.