Recomiendan a la Corte reabrir la investigación por el dudoso “suicidio” de un cadete militar
el hecho ocurrió en 2018. Para el Procurador General Eduardo Casal no se puede descartar la intervención de terceros.
El procurador general de la Nación interino, Eduardo Casal, recomendó a la Corte Suprema reabrir la investigación sobre un supuesto suicidio de un cadete e la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral del Ejército Argentino ocurrida en 2018.
La causa había sido archivada dos veces como “suicidio”, pero el jefe de los fiscales entendió que “si bien los resultados de las diligencias realizadas hasta el momento no han permitido vincular directamente a terceros en la muerte del cadete, de ningún modo alcanzan tampoco para descartar esa hipótesis”.
El hecho ocurrió el 6 de septiembre de 2018, cuando el auditor de la Escuela de Suboficiales informó al Juzgado Federal número dos de San Martín que esa mañana “se había escuchado un estruendo en una de las habitaciones del predio y que al llegar al lugar se halló el cuerpo sin vida del cadete Kevin Natanel Segovia en su puesto de guardia”.
El expediente fue cerrado “por imposibilidad de continuar la investigación”, pero según el procurador Casal, esa postura “carece de todo sustento, pues más allá de no haberse acreditado, de momento, que efectivamente hayan intervenido terceras personas, tampoco los magistrados han expuesto de manera fundada las razones por las cuales ello no habría podido ser así”.
El dictamen, a que tuvo acceso NA, consigna “la ausencia de huellas dactilares en el fusil utilizado, incluso las del propio Segovia; la pericia informática practicada sobre los dispositivos electrónicos vinculados a él, en tanto no arrojaron búsquedas relacionadas con el suicidio; y las declaraciones del personal de la escuela de suboficiales”.
En el expediente apareció una presunta carta de suicidio, pero un peritaje comprobó que la letra no correspondía al difunto cadete: “Las pericias caligráficas practicadas sobre la carta secuestrada dieron cuenta de que ésta no pertenecía a Segovia”.
El procurador recomendó averiguar “quién había creado esa carta, quiénes habían tenido acceso a ella y quiénes, eventualmente, pudieron haber tenido interés en que se la incorporara a la causa para sembrar la hipótesis de un suicidio”.
Casal remarcó “la imposibilidad de contar con una prueba relevante como el dermotest, que se tornó inviable por no haber sido realizada con proximidad al acontecimiento investigado”.
El archivo de la causa fue decidido en las instancias anteriores sobre la base de que “la causa del fallecimiento se debía a un traumatismo grave de cráneo por herida de proyectil de arma de fuego auto infligida”.
En ese contexto, la investigación dio por cierto que Segovia “estaba atravesando una difícil situación emocional y sin ánimo de brindar diagnóstico, podría decirse que se encontraba cursando un cuadro depresivo, lo que se condice con la decisión de quitarse la vida”.
El dictamen cuestionó “el cese anticipado de la investigación, en un parcializado análisis de las circunstancias del caso y, en particular, en una dogmática descalificación de la pertinencia de las medidas de prueba solicitadas por el fiscal”.