El presidente Alberto Fernández cruzará este miércoles la Plaza de Mayo caminando junto a gran parte de los ministros del Gabinete nacional para concurrir al tradicional Tedeum en la Catedral Metropolitana por las celebraciones de la fecha patria del 25 de Mayo.

Así lo indicaron a NA fuentes oficiales, que precisaron que los funcionarios nacionales se reunirán en la Casa Rosada a las 09:30 para compartir un tradicional chocolate con churros y luego cruzarán la mítica plaza junto al jefe de Estado hasta ingresar a la Catedral.

Previo a que inicie la celebración religiosa, que será oficiada por el Cardenal Poli, se espera que Fernández ingrese a la Catedral y se dirija al mausoleo que guarda los restos del general José de San Martín para rendir homenaje y colocar una ofrenda floral.

Se trata de la primera vez que el Presidente participará de manera presencial del Tedeum, ya que durante los dos primeros años de su mandato debió hacerlo de manera virtual debido a la pandemia de coronavirus. Luego del Tedeum, que comenzará a las 11, Alberto Fernández tiene previsto acudir a un locro organizado en el partido bonaerense de Florencia Varela por el dirigente del Movimiento Evita Emilio Pérsico.

Si el clima lo permite, dado que la actividad seguirá en pie si no llueve, el Presidente terminará la agenda oficial junto a trabajadores y trabajadoras de la economía popular en un club del Conurbano bonaerense. El jefe de Estado tenía el propósito de viajar a la Antártida para encabezar desde allí los festejos del 25 de Mayo, pero por razones climáticas decidió cancelar la visita y asistir a la Catedral Metropolitana.

"Quería ir a la Antártida, tenía todo organizado, era bueno recordar que es parte del territorio, pero las condiciones climáticas eran adversas", indicó Fernández en diálogo con el programa "Detrás de lo que vemos", que conduce Darío Villarruel por La990.

Lo cierto es que el jefe de Estado formará parte de la celebración en la Catedral Metropolitana, en momentos en que la relación del Gobierno y la Iglesia no atraviesa el mejor momento, cuyo quiebre se produjo cuando Alberto Fernández impulso desde el Poder Ejecutivo la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.