Ante la decisión de extender el espacio, Juntos por el Cambio ya dialoga con tres dirigentes opositores para ampliar la base electoral de cara a las próximas elecciones de medio término: Ricardo López Murphy, José Luis Espert y Margarita Stolbizer.

Con los tres dirigentes ya se encararon diálogos
para intentar cerrar una gran PASO que sume votos "por derecha y por izquierda".

De hecho, la líder del GEN puso como condición que se le cambie el nombre a Juntos por el Cambio para poder sumarse. Según supo NA, esa tarea de encontrar una nueva denominación ya se le encargó a un grupo de creativos.

La Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, tras un intenso debate, resolvió que es necesario ampliar la coalición lo máximo posible, con el fin de derrotar al Frente de Todos en la contienda electoral que se avecina y que todo el arco político considera clave pensando en 2023.

"La madre de las batallas" se dará nuevamente en la Provincia de Buenos Aires, donde tanto oficialismo como oposición tienen numerosos problemas para el armado de las listas.

En Juntos por el Cambio consideran fundamental que el oficialismo, que pese a varios conflictos internos se mantiene unido, no logre ganar en el territorio más poblado del país, así la correlación de fuerzas en el Congreso se mantiene estable y no existe mayoría absoluta en ninguna de las dos cámaras.

En la oposición creen que es muy importante mantener el equilibrio en el Congreso debido a los proyectos vinculados a la Justicia que hoy no logran ser sancionados por el oficialismo debido a que le faltan votos.

Los liberales que ya dialogan con la principal fuerza opositora habían sostenido en un principio la necesidad de formar una interna "exclusivamente liberal" al menos en las elecciones de medio término, pero esa idea parece estar siendo desplazada debido a acontecimientos recientes de la Región.

Entre lo que observan estos dirigentes está que todos los países de Latinoamérica se encuentran muy polarizados, con poco margen para el surgimiento de nuevas propuestas y amenazados por "gobiernos de izquierda" en el caso de que no se imponga la coalición de centro derecha.

"Con lo que pasó en Perú, vemos que se está conformado un nuevo eje entre Venezuela, Cuba y Perú. Y la Argentina aparece en la mayoría de las decisiones y posiciones internacionales alineada a Caracas y La Habana, entonces no podemos hacer la vista gorda", señaló ante NA uno de los asesores en materia de política internacional de los liberales.

Por un lado, por la ley que prohíbe la reelección indefinida de los intendentes, varios jefes comunales apuntan a saltar al Congreso para no quedar en el llano, pero se chocan de frente con la reglamentación electoral: el principal obstáculo es la ley de cupos que obliga a que la mitad de las listas estén conformadas por mujeres.

En ese sentido, Juntos por el Cambio corre con una importante ventaja: tiene a varias mujeres en el primer nivel del espacio que podrían encabezar las listas bonaerenses: la ex gobernadora María Eugenia Vidal y la dirigente de la Coalición Cívica Elisa Carrió.

En un principio se especulaba con que Vidal sería la candidata en la Provincia de Buenos Aires, pese a que la ex gobernadora insistió en varias oportunidades en no volver a pisar el hostil territorio bonaerense para volver a hacer política en la Ciudad, donde fue Ministra de Desarrollo Social.

Sin embargo, en el Gobierno creen que todos estos movimientos de la oposición son una "cortina de humo" porque finalmente la ex gobernadora será candidata en la Provincia.

"Vidal va a ser candidata en la Provincia de Buenos Aires y va a encabezar la lista. Es la persona que más conocen los habitantes y la que mejor imagen tiene. Es mejor candidata que Santilli, Jorge Macri o Monzó. Y a la larga no le va a quedar otra que encabezar la lista", dicen desde el peronismo bonaerense.

En Juntos por el Cambio también confían en que, en paralelo a la ampliación del espacio, se desarrolle un frente peronista no oficialista que salga a disputarle los votos al Gobierno Nacional.

Quien más se siente amenazado frente a esta propuesta que expresan dirigentes como Florencio Randazzo, Graciela Camaño, Roberto Lavagna o Guillermo Moreno es el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que ve que este sector del peronismo apunta justamente a su base electoral: a los que votaron al Gobierno esperando que no sea una expresión profundamente kirchnerista, sino con matices vinculados a la producción y al sector privado.