La decisión de la Legislatura porteña de tratar un proyecto de ley que crea una nueva instancia de revisión de los fallos de los tribunales nacionales –en especial de los fueros civil y comercial- generó una áspera polémica que amenaza con llegar hasta la Corte Suprema de Justicia.

Se trata de dos iniciativas orientadas en el mismo sentido, que instrumentan una instancia intermedia entre las Cámaras de Apelaciones y la Corte Suprema, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) porteño. En la actualidad, cuando un juez de primera instancia de los fueros civil o comercial dictan un fallo, el organismo que lo revisa en apelación es la Cámara del fuero.

El fallo de Cámara sólo es apelable ante la Corte Suprema, pero las iniciativas que busca tratar el parlamento porteño, invocando una antigua ley de transferencia de competencias desde la Justicia nacional a la local (que nunca terminó de completarse) apunta a crear una instancia intermedia previa a la Corte.

Por vía pretoriana, ya hubo dos intentos: uno en un juicio civil en el que los deudos del artista plástico León Ferrari le reclaman una rendición de cuentas al periodista Gabriel Levinas por la venta de unos cuadros, y el otro en el proceso comercial que terminó con la declaración de quiebra de la empresa Correo Argentino S.A. En ambos casos hubo dictámenes en contra de la Procuración General de la Nación y los planteos están en la Corte Suprema.

El Colegio Público de Abogados de la Capital Federal emitió en las últimas horas un comunicado en el que se manifestó “azorado” ante los proyectos que prevé tratar la Legislatura, que “pretenden pulverizar la forma de estado federal consagrada por el artículo 1 de la Constitución Nacional”.

“Se intenta mediante un proyecto de ley la vulneración de la regla de la doble vía antes de intentar llegar a la Corte Suprema e introducir inconstitucionalmente una tercera”, advirtió la entidad que nuclea a los abogados porteños. Los dos expedientes en los que se intentó la intervención del Tribunal Superior de Justicia porteño como “alzada” de los tribunales nacionales no federales ya fueron rechazados por las respectivas Cámaras de apelaciones. Las Cámaras desconocieron al TSJ como su tribunal jerárquico superior ni admitieron que pudieran revisar sus fallos.