La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, sostuvo hoy que la población argentina está "muy angustiada" por la cuarentena y se quejó de que "la única respuesta que da el Gobierno es pelearse con la oposición y la realidad".

"Hemos tenido en estos días récord de muertes y no tenemos un horizonte de vacunas en el futuro", lamentó en una charla debate por zoom que compartió con el ex presidente de Uruguay José María Sanguinetti.

La dirigente macrista comparó las cifras de vacunación respecto de Uruguay, y concluyó que "Argentina está con una angustia profunda, con sensación de que está con una pared enfrente sin futuro".

"Estamos muy angustiados y sentimos que la única respuesta que da el Gobierno es pelearse contra la oposición, contra la realidad. Eso genera más angustia", advirtió.

Bullrich alertó que para la segunda quincena de mayo ya no quedará "resto de vacunas" en el país.

"Hay que acceder a eso rápidamente y en Argentina lo tenemos como algo lejano. Esa es la realidad", apuntó.

La referente opositora destacó que en Argentina solamente un 2% de personas recibió las dos dosis de la vacuna, y contrastó con el caso de Uruguay en el que el porcentaje llega al 20%.

También cuestionó el hecho de haber desaprovechado la oportunidad que representaba haber cedido instalaciones y 6.000 ciudadanos que participaron de las pruebas de eficacia de la vacuna Pfizer, y después no cerrar contrato con ese laboratorio estadounidense.

"Teníamos una posibilidad de comprar 14 millones de dosis de esa vacuna en un tiempo preferencial que el resto de los países que no habían participado de esa prueba. Sin
explicaciones, el Gobierno no firmó ese contrato. Después Uruguay utilizó esa posibilidad y accedió a esas dosis que estaban reservadas para Argentina", recordó Bullrich, que
también recriminó al Gobierno por haber aceptado pocas dosis a través del mecanismo Covax.

Durante su exposición, la ex ministra de Seguridad de Cambiemos comentó que tiene "una mirada crítica de como en Argentina se manejó la pandemia" y cuestionó que se haya llevado a una "cuarentena muy larga, muy estricta", con "un cierre casi total de la economía".

Además lamentó que en 2020 el país haya perdido "todo el año educativo completo", y remarcó "la necesidad de volver a la presencialidad".

En este punto salió a la luz una diferencia muy marcada respecto de la visión de Sanguinetti sobre la modalidad educativa, ya que minutos antes el ex jefe de Estado uruguayo
había defendido la decisión del Gobierno de Luis Lacalle Pou de mantener este año la suspensión de clases presenciales.

"La mayor medida restrictiva fue en la educación porque es la que moviliza más gente. No así la mayoría de las actividades económicas para no generar una situación aún más difícil desde el punto de vista del trabajo", había expresado Sanguinetti antes de que Bullrich tomara la palabra.

No obstante, la titular del PRO evitó polemizar sobre este aspecto y se limitó a dar su punto de vista y evaluar la gestión de la pandemia del Gobierno de Alberto Fernández.

Para Bullrich, hay una "exageración total y absoluta emergencia como herramienta de conducción del Estado".

En este sentido, señaló que desde el 20 de marzo del año pasado hubo un uso desmedido de decretos de necesidad y urgencia del Poder Ejecutivo que llevó a que "la excepción se hiciera costumbre".

"El Gobierno planteó que lo único que importaba era la salud y todo lo demás no tenía ninguna importancia. La economía cayó en promedio el doble de América latina: 10 puntos mientras que la media de América Latina fue de 5 puntos".

"Uno camina por el centro de Buenos Aires y parece una ciudad fantasma", acotó.

Además de denunciar la "destrucción total de la economía", cuestionó que muchas provincias pusieran montículos de tierra para impedir el regreso de ciudadanos a sus hogares o las visitas a familiares que estaban internadas en otras provincias.

Bullrich destacó, sin embargo, la reacción de sectores de la población a partir de una "enorme movilización social por la libertad, por el respeto del Estado de Derecho, por el trabajo, por la educación".

"Lo increíble de esto es que a pesar de haber tenido una cuarentena muy larga, muy estricta, sin educación, sin movilidad, sin personas que podían subirse a un transporte
publico o volver a sus provincias, terminamos con la misma cantidad de muertos que tuvieron países que tuvieron una política de armonía entre el respeto a las libertades" y la
salud, indicó.