La última imputada por el encubrimiento del asesinato del joven futbolista de Barracas Central Lucas González, la oficial primero de la Comuna Vecinal 4 D de la Policía de la Ciudad Daniela Yamil Lozano, negó todos los cargos al declarar en indagatoria.

“Niego categóricamente la imputación enrostrada. Niego que ello haya sucedido como se lo describe en la atribución del hecho. Lo niego rotundamente”, expresó Lozano mediante un escrito presentado ante la jueza Vanesa Peluffo.

El fiscal Leonel Gómez Barbella había pedido su detención porque “pese a tener conocimiento de lo verdaderamente ocurrido el día de los hechos, omitió denunciar el delito que se estaba perpetrando, el que presenció y del que brindó una versión distorsionada tendiente a encubrir lo que realmente ocurrió”.

La policía dedicó gran parte de su presentación a refutar las acusaciones del fiscal, en especial una conversación por WhatsApp con el oficial principal Claudio Cuevas, quien le reconoció que el arma hallada en el vehículo de las víctimas había sido “plantada”.

“Si se analiza en forma completa la conversación a la que hace referencia el Señor Fiscal, se aprecia que luego de recibir algunas imágenes del propio Principal Cuevas enviadas por él espontáneamente le pregunto: ‘tenía una réplica como decía el poli?’ Y me responde ‘se la pusieron’”, reconoció Lozano.

Pero aclaró: “continuamos con la conversación, tal como se desprende del informe pericial, y es ahí que le envío un audio apreciándose fehacientemente que mi persona no le dio la más mínima entidad a dicha frase, ninguna”.

Lozano descalificó al principal Cuevas, cuyo quiebre durante el juicio oral permitió que se produjeran otras imputaciones en torno al arma de juguete plantada en la escena del crimen.

“Sobre el principal Cuevas, mi fiscalizador en ese momento, los que lo conocen laboralmente (saben que) es una persona que se quiere mandar la parte, llamar la atención, altanero, algo agrandado, personalidad presuntuosa, algo fanfarrón y que supuestamente se la sabe toda… y lo tomé por de quien viene. No le di relevancia, lo tomé como una apreciación personal de él, sin darle mayor trascendencia”, se defendió Lozano.

Según su relato, no hubo encubrimiento porque ella en todo momento creyó que los jóvenes que acompañaban a Lucas González estaban armados.

“Escucho de uno de los policías involucrados en el suceso que decía que uno de los chicos había sacado un arma por la ventanilla. (…) Con el correr de las horas se escuchaban diferentes versiones del hecho acaecido, tanto por dichos del personal policial que pasaba cerca de mí, como así por dichos de vecinos del barrio/transeúntes”, explicó.

En ese sentido, enumeró: “que habían descartado el arma por ahí, que algunos se fugaron, que eran menores, que no tenían armas, que eran de la villa Zabaletta, que eran futbolistas, que eran vecinos del barrio, que uno estaba armado y efectuó disparos”.

“Pero sinceramente yo seguía manteniendo mi creencia de que esos chicos estaban armados, tal cual lo escuché por el personal policial que participó directamente del hecho investigado”, completó.

Lucas González fue asesinado en noviembre de 2021 por tres integrantes de una brigada de la Policía de la Ciudad que ya fueron condenados a prisión perpetua.

Otros policías sufrieron penas de entre cuatro y ocho años de cárcel por encubrimiento.

Otro uniformado está detenido y a la espera de un nuevo juicio oral.