Otra vez sopa
En medio de una Argentina idéntica a los países más pobres del mundo, se acabó el Frente de Todos. No tienen que retornar nunca más por todo el daño que nos hicieron.
Como si fuera una gran novedad, en medio de una Argentina idéntica a los países más pobres del mundo, porque somos uno de los países más pobres del mundo, aparece la salvación, la novedad, el gran proyecto... Ahora si, hoy se acabo el Frente de Todos, el frente para la victoria, el frente popular, el frente del frente, el frente de al lado, el frente de arriba, y el frente de abajo.
Hoy todos los frentes o por lo menos lo que queda del descascare de la Torre de Babel donde juntos todos hablaron sin entenderse para formar UP. Una especie de escarapela tipo huevo frito en el que se amontonan los peores detrás del que nunca fue mejor pero si el más perseverante.
De no ser por lo desgraciado que nos pasa seria hasta tragicómico ver a la señora en su veinteñal degradación junto a su Benjamín ya viejo y fracasado como esos hijos mantenidos por su madre viuda alejando la silla de lo que queda del mandatario albaceas y administrador del volvemos para ser mejores junto a una barrida de esqueléticos políticos que más pertenecen al elenco del regresó de los muertos vivos que a una idea de futuro del cementerio de vivos en que convirtió la Argentina este grupo de revolucionarios de pacotilla cuyo único objetivo fue el robo, liso, llano y literal.
Pero bueno, así es la democracia, volvimos para ser mejores, y queremos volver para ser mejores y seguiremos volviendo para ser mejores, aunque en el camino demostremos que son lo peor que le paso a la patria y el método fascista es el mismo, el carpetazo, el denostar, el humillar, el silenciar, el tratar por todos los métodos de ganar una revolución mentirosa y estéril donde solo triunfan los que saben robar.
En el mientras, tanto la clase política sigue con su degradación genética destruyéndose a tal punto de apelar a cualquiera que nos salve de los cadáveres que se nos tiran encima para comernos el cerebro, y bajando desde Raul Alfonsin terminamos eligiendo a Santiaguito y firulete para ver si pueden hacer saltar a violeta que reconocible de tanto colágeno y sus labios como un bife de chorizo cortado mariposa.
Sigue dirigiendo a sus soldados de la nada y manoteándole la lapicera como en una carrera de postas a un fracasado para entregársela a otro nuevo que se encargará de hacer fracasar en cuanto triunfe enganchándolo en sus redes de perversión y chupándole las viceras sin matarlo hasta dejarlo en ese estado infrahumano en el que dejó al pobre Alberto.
La pregunta es: seamos sinceros, ¿nos gusta esto? Entonces votémosla ahora si en realidad lo que nos gusta es lo que decimos que queremos del país para nuestros hijos y para nuestro nietos. Lo único que nos puede salvar es de una vez por todas mostrar el crucifijo en una mano y en la otra con el voto en alto empujarlos de la democracia al abismo de la Justicia del que no tienen que retornar nunca más por todo el daño que nos hicieron.