La defensa del exministro de Planificación Julio De Vido pidió hoy la absolución en la causa en la que está acusado como organizador de una asociación ilícita por la obra pública de Santa Cruz entre 2003 y 2015. “Si hacen justicia van a ser criticados pero ¡cuánto van a contribuir al oxígeno republicano!”, arengó el abogado Maximiliano Rusconi a los jueces del tribunal oral federal número dos, que lleva adelante el debate.

En la segunda y última jornada de sus alegatos, Rusconi y Gabriel Palmeiro realizaron una encendida defensa del exfuncionario, a quien desvincularon de la comisión de los delitos que le fueron achacados.

Estamos atravesando una peligrosa frontera”, advirtió Rusconi, al advertir que un fallo condenatorio contra De Vido consolidaría una larga lista de violaciones a los derechos constitucionales, entre ellos el de defensa en juicio, debido proceso y a ser juzgado por un tribunal imparcial.

El abogado Palmeiro, por su parte, denunció que los fiscales que lo acusaron en la causa por la obra pública en Santa Cruz entre 2003 y 2015 “mancillaron” el nombre de su mujer, la ex integrante de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), Alessandra Minicelli, sobreseída en una causa iniciada por presuntamente no controlar el desempeño de su marido como funcionario público.

“De Vido se tiene que defender hasta de tener una esposa”, ironizó el abogado Gabriel Palmeiro, durante la primera parte de la segunda jornada de alegato.

Los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola sostuvieron durante la acusación que Minicelli había sido designada en la SIGEN como parte del supuesto plan de corrupción con la obra pública de Santa Cruz, para garantizar desde allí que no se controlaran las presuntas maniobras defraudatorias.

Pero el abogado Palmeiro refutó que Minicelli fue sobreseída, que “el Ministerio Público Fiscal al que pertenecen los fiscales Luciani y Mola emitió dictámenes a su favor” y que el sobreseimiento ya quedó firme.

“¿Cómo podemos soportar que sigan insistiendo sobre el mismo tema? (…) El sobreseimiento fue consentido por el Ministerio Público Fiscal que ellos integran, quedó firme, pese a lo cual (Luciani) volvió sobre ello en este juicio y volvió a mancillar su nombre”, exclamó el defensor.

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Además, recordó que esa denuncia fue presentada en 2007 por el abogado Ricardo Monner Sans: “lo digo con todo respeto, sabemos las características de denunciador serial de Monner Sans”, y afirmó que gran parte de los expedientes que impulsó fueron desestimados por la carencia de pruebas.

En ese expediente, el fiscal Carlos Rívolo –según recordó Palmeiro-  “solicitó la desestimación de la denuncia por inexistencia de delito”.

La defensa de De Vido refutó por extensión la acusación sobre la supuesta falta de controles en la obra pública, como una de las herramientas de la denunciada asociación ilícita.

Tras enumerar todas las instancias de control que tuvieron los expedientes investigados, Palmeiro se preguntó: “¿más control quieren?, ¿se puede meter algo por la ventana?, no se puede, no hay forma”.

El abogado también desestimó lo que los fiscales llamaron “operativo limpien todo”, en las postrimerías del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, antes de que la sucediera Mauricio Macri.

La defensa de De Vido apuntó a decisiones administrativas adoptadas el 23 de noviembre de 2015, un día después de que Macri se convirtiera en presidente electo, que según los fiscales estuvieron apuntadas a cerrar las actividades de la organización ilícita.

Palmeiro atribuyó otra connotación a ello: “¿qué quieren, que el gobierno en ejercicio no haga nada? El fiscal seguramente tuvo ascensos; entre que le salió el ascenso y efectivamente ascendió ¿qué hizo?, ¿dejó de trabajar?, ¿cuándo deja de cumplir con sus funciones? Cuando termina su mandato”.

Al retomar la palabra, Rusconi sostuvo que los fiscales “no han podido demostrar que lo que aquí se investiga es inusual en otros distritos del país y con otras empresas”.

Los fiscales –embistió- construyeron un relato- y “no hay dilema posible: debe haber justicia, y eso es respetar la verdad, el debido proceso y el Estado de Derecho”.

Al insistir con las críticas al desarrollo del juicio, Rusconi acusó que “los fiscales pretendieron impedir que se preguntara y el tribunal pretendió administrar con un pseudo criterio de equilibrio”.

Rusconi cerró el alegato con una exhortación a respetar “las garantías, que  son demonizadas por el autoritarismo de los gobiernos de derecha y tapadas por la demagogia de los gobiernos de izquierda”.

“Pero las garantías tienen jueces de la democracia”, a quienes apeló al reclamar la absolución de De Vido.