Pablo Moyano y el sector de la CGT que le responde podrían bajarse de la marcha que grupos kirchneristas estipulan encabezar el próximo viernes a favor de Cristina Kirchner, en medio del juicio que la vicepresidenta enfrenta por la causa Vialidad. De dar el brazo a torcer ante las presiones internas del sindicalismo, el camionero sufriría así un nuevo revés en la central obrera, cuyos sectores más tradicionales no apoyaban la participación en la manifestación.  

Este indicio representaría un nuevo triunfo del ala más conservadora de la CGT, liderada por los “gordos”, los “independientes” y los “barrionuevistas”, representados por los triunviros Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio). A diferencia de Moyano hijo, el tercer mandamás cegetista, ambos mantienen una relación más distante con Cristina y, tras haberla apoyado orgánicamente tras el intento de atentado, optaron por priorizar la “agenda sindical”.

La postura de movilizar del secretario adjunto de Camioneros, que aún no envió una confirmación oficial al respecto sobre si finalmente declina su participación, era compartida con Omar Plaini (Canillitas), Héctor Manrique (SMATA), y el nuevo ministro de Trabajo del gobierno de Axel Kicillof en la provincia, Walter Correa (Curtidores). Además, se manifestaron en favor Sergio Palazzo (Bancarios), Vanesa Siley (Judiciales) y Abel Furlán, quien hace pocos meses desplazó al histórico Antonio Caló de la UOM.

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Este sector más combativo de la CGT, que ha sumado trascendencia en el último tiempo, sin embargo, se ha topado otra vez con la “burocracia sindical”. Además de Daer y Acuña, la negativa contó con “la firma” de Armando Cavalieri, que el viernes pasado obtuvo renovó por décima vez su mandato al frente de Comercio (y frente al candidato de la familia Moyano), Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Jorge Sola (Seguros) y Sergio Romero (UDA).

Podría tratarse de un nuevo golpe de autoridad contra la influencia del kirchnerismo en la CGT. Anteriormente, Pablo Moyano, que en el último tiempo ha comulgado con sectores como la CTA de Hugo Yasky y algunos dirigentes de La Cámpora, ya había fracasado en su intención de hacer que la CGT llame a un paro general por Cristina, luego de que el 1 de septiembre Fernando Sabag Montiel le haya apuntado con un arma y gatillado dos veces sin éxito a la vicepresidenta, quien saludaba en la puerta de su casa en Recoleta a un grupo de militantes.  

Ahora, resta saber si los grupos del kirchnerismo que pensaban marchar este viernes 23, cuando la vicepresidenta participe de los alegatos de la defensa en condición de abogada en causa propia, mantienen la convocatoria o la baja de la pata sindical cegetista se traduce en una marcha atrás, como algunos ya han comenzado a estipular. Mientras tanto, en el interior de la CGT, los grupos distantes del kirchnerismo estarían cerca de volver a imponer su voluntad.