Maximiliano Ferraro remarcó que Juntos por el Cambio tiene que "parar la pelota y bajar los decibeles"
El presidente de la Coalición Cívica-ARI señaló que "ningún dirigente ni partido tiene la centralidad" de la alianza opositora.
El presidente de la Coalición Cívica-ARI, Maximiliano Ferraro, remarcó que Juntos por el Cambio tiene que "parar la pelota y bajar los decibeles", ya que señaló que "ningún dirigente ni ningún partido tiene la centralidad" de la alianza opositora.
"Necesitábamos poder reunir a la Mesa Nacional para poder retomar la agenda de trabajo que teníamos pendiente y luego de una semana intensa y difícil adentro de nuestro espacio", sostuvo el diputado nacional, en alusión a los cortocircuitos que hubo entre la titular del PRO, Patricia Bullrich, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
En declaraciones radiales, el referente de Juntos por el Cambio destacó que "2022 no tiene que ser un año de promoción alocada de candidaturas presidenciales, ni de intensas agendas de campaña, sino un año para fortalecer, consolidar, cohesionar la unidad de Juntos por el Cambio y terminar el acuerdo programático en el que están trabajando las fundaciones y fortalecer la unidad en el Parlamento".
"Es momento de poder parar la pelota, bajar los decibeles, no creernos ningún dirigente ni ningún partido ser la centralidad de Juntos por el Cambio", indicó Ferraro, quien subrayó que el espacio "tiene distintos liderazgos y legitimidades".
A pesar de que afirmó que si la alianza opositora hace bien las cosas tiene grandes chances de llegar a la Presidencia, el presidente de la Coalición Cívica-ARI aclaró: "No tenemos que creernos con la vaca atada".
"El mecanismo de decisión y de trabajo dentro de Juntos por el Cambio tiene que ser mucho más colaborativo y colectivo", agregó.
Finalmente, el legislador nacional se refirió a la decisión de la Corte Suprema de Justicia que removió al senador kirchnerista Martín Doñate del Consejo de la Magistratura y ubicó en su lugar al opositor Luis Juez y destacó que se trata de un "fallo ejemplar con respecto al respeto a la institucionalidad" y dar marcha atrás con la "jugada y atropello de (la vicepresidenta) Cristina Kirchner de robarse un consejero".