La designación de Sergio Massa es indudablemente un último recurso del Gobierno de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que es indudablemente la jefa del Gobierno y conserva obviamente su derecho tanto de proponer como de vetar. Sigue siendo su Gobierno, en un país donde está cada vez más deslucido el rol del Presidente y aparece ahora una suerte de primer ministro. Es una situación muy atípica, especialmente cuando estamos con una situación de falta de confianza interna e internacional. Un esquema confuso de poder no ayuda a la claridad que tiene que tener la necesidad de tener confianza.

Es un objetivo un poco raro, para llamarlo de alguna forma. Hay una desconsolidación institucional muy grande y, por lo tanto, aumenta la desconfianza. Yo, por supuesto, le deseo lo mejor a esta suerte de primer ministro Massa porque si le va bien a él nos va bien a todos. Por lo tanto es deseable que le vaya bien, pero realmente es una situación muy confusa que no da tampoco todavía en las medidas.

Él ha hablado de medidas que se van a especificar. Realmente lo que anunció es el programa Martín Guzmán ratificado por Silvina Batakis, que era muy parecido al programa Nicolás Dujovne. Entonces, no surgen de la parte literaria o enunciativa las medidas para afrontar la crisis. Pero hay que ver si en los próximos días va a haber nuevos anuncios. Por lo tanto, todo indica que hay que tener la prudencia del caso, porque realmente lo que queremos todos los argentinos es que le vaya bien.

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Hay incertidumbre, y más con esta nueva situación de la vicepresidenta a cargo del Gobierno como jefa real del Estado, en una situación no institucional, pero que conserva toda la capacidad de designar, decidir y vetar con esta suerte de superministro, como lo llamó Massa, o primer ministro a cargo de la cartera económica. Dentro de esta confusión institucional, él tiene dos personas por arriba, y cualquier cosa que decida tiene que estar convalidado por el jefe de Gabinete y por el presidente de la República, mas la aprobación de la jefa del Gobierno, que es la vicepresidenta.

La asunción de Cecilia Moreau es una decisión interna en primera minoría, lo ha dicho bien la oposición en el sentido que correspondía. Pero creo que hay una distancia sideral entre el manejo, la autoridad y la competencia del propio Massa como presidente del Congreso a lo de Moreau. Por lo tanto, uno ve curiosamente que, ante la crisis, lo que se debilita es la estructura, y las instituciones tienen un rol absolutamente central. Es muy difícil que un debilitamiento institucional sea un fortalecimiento de la credibilidad.

*Diego Guelar, ex diputado nacional y ex embajador argentino en China (2015-2019), Estados Unidos (2002-2003), Brasil (1996-1997) y la Unión Europea (1989-1996).