Diego Santilli y Facundo Manes, los precandidatos a diputados por la provincia de Buenos Aires de las dos listas que presenta la alianza Juntos para las elecciones primarias se mostrarán separados en la noche de los comicios, luego del tensión que hubo entre ambos sectores al inicio de la campaña y que nunca se resolvió del todo.

Fuentes de la principal coalición opositora confirmaron a NA que los precandidatos van a tener dos búnker separados, una decisión que habría salido del comando de campaña de la UCR en una nueva demostración de que la postulación de Manes, más allá del resultado de las PASO, anima a la conducción del radicalismo a disputar el liderazgo del espacio con el PRO.

"Posiblemente haya una reunión informal con Diego el lunes, después de las PASO", indicaron a Noticias Argentinas en el entorno del precandidato de la UCR, para dejar en claro que el día de los comicios no habrá foto conjunta entre los aliados.

Además señalaron que el búnker del neurocientífico estará en la ciudad de La Plata o en Vicente López, mientras que en el equipo de Santilli estiman que el suyo será en Costa Salguero, el lugar utilizado históricamente por el PRO, según señalaron a este medio.

De todos modos, los operadores de Juntos por el Cambio deslizan por estos días que se mantienen las conversaciones entre ambos espacios para tener una foto que refleje la unidad del espacio de cara a la pelea con el Frente de Todos en las elecciones legislativas.

El primer paso (al menos en público) para tender ese puente lo dio Santilli hace pocos días, al afirmar que con Manes se llevan "bien" y tienen "buena relación", y que "el 12 (de septiembre) a la noche" estarían "trabajando juntos".

Si bien eso ocurrirá porque la boleta de Juntos por el Cambio que competirá en las elecciones legislativas de noviembre en Buenos Aires quedará integrada por ambos sectores, la UCR está decidida a sacar pecho con la figura de Manes para pelear por el protagonismo, con la mira en 2023.

Arranque con cruces en el inicio de campaña

La relación entre el ala de Santilli -integrada por Horacio Rodríguez Larreta y las cúpulas del PRO y de la Coalición Cívica- con la de Manes y el radicalismo arrancó con cruces en el inicio de la campaña y quedó sentida.

En aquel entonces, Manes salió a jugar fuerte al pedir que no se usaran "los impuestos de los porteños" para los comicios bonaerenses, en una alusión al Gobierno de la Ciudad de Rodríguez Larreta que cayó pésimo en el entorno del mandatario y de Santilli.

Fieles a su estilo de no confrontar, Santilli y Rodríguez Larreta señalaron en ese momento que no entrarían en una pelea con alguien de su propio espacio, pero dejaron clara su molestia con el ataque del radical.

Luego de que bajara la espuma por ese entredicho, apareció el gobernador de Jujuy y referente de la UCR, Gerardo Morales, para decir públicamente que "Rodríguez Larreta es el responsable de una campaña de desprestigio contra Manes" e incluso amenazó con no volver a sentarse a la mesa nacional de Juntos por el Cambio.

Con el correr de la campaña, los precandidatos se enfocaron en las recorridas, las propuestas y el discurso proselitista y fueron bajando el tono mientras reforzaban la idea de la unidad del espacio para "enfrentar al kirchnerismo".

De hecho, el neurocientífico concentró sus críticas en la coalición de gobierno, pero, con sutiliza, mantuvo viva la tensión al afirmar en reiteradas oportunidades que la oposición "tiene que ser mejor" y hablar de recambio, en un tiro por elevación al PRO.

Además, Manes pidió que se llevará a cabo un debate con Santilli pero el precandidato del PRO decidió participar de un debate solo después de que se resolvieran las candidaturas en las PASO, es decir, con los rivales del resto de los partidos.

Finalmente, el radicalismo resolvió tener su propio búnker de campaña y, de aquí al 12 de septiembre, continuarán las gestiones para lograr al menos una foto esa misma noche que cierre el capítulo de la pelea interna y, de no prosperar esa idea, se mostrarán juntos recién al día siguiente.